En una movida estratégica, la bancada de Morena en la Cámara de Diputados adelantó su decidido respaldo al paquete de iniciativas de reforma que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará el próximo 5 de febrero.
Ignacio Mier Velazco, coordinador de los diputados Morena, afirmó que la bancada actuará con convicción, congruencia y consistencia política, comprometiéndose a defender y debatir abiertamente para lograr consensos en la aprobación de las propuestas.
“Defenderemos y debatiremos transparente y abiertamente con el resto de diputados y diputadas hasta lograr los consensos que permitan su aprobación”, enfatizó.
Las reformas constitucionales propuestas buscan la democratización y fortalecimiento del Poder Judicial, así como la mejora de los derechos sociales y la economía de los trabajadores. Este conjunto de iniciativas representa el último esfuerzo legislativo de López Obrador antes de concluir su mandato en octubre y busca revertir las reformas implementadas durante el «periodo neoliberal».
“Que podamos reivindicar a los trabajadores, luego de esas reformas que aprobaron en el periodo neoliberal, que son contrarias a los derechos laborales, no sé cómo se aprobó eso, esa reforma de pensiones, donde un trabajador termina su vida laboral y su pensión no es ni siquiera la mitad de su sueldo”, apuntó.
El presidente destacó que la propuesta incluirá la garantía de que el salario mínimo siempre suba por encima de la inflación y la transformación del sistema de pensiones para asegurar que los trabajadores se jubilen con su salario completo. Además, se espera una reforma para permitir a los ciudadanos elegir directamente a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Sobre elecciones, ha propuesto transformar el Instituto Nacional Electoral (INE), el organismo autónomo que surgió para quitarle el control de las elecciones al Gobierno, y que “el pueblo” también elija a los consejeros del organismo y a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Asimismo, ha dicho antes que insistirá en otras iniciativas que ya fracasaron en el Congreso, que cambiará su configuración el 1 de septiembre tras las elecciones del 2 de junio.
Entre ellas están trasladar al Ejército el control de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad que creó en 2019 con la promesa de mantenerlo civil, y una iniciativa eléctrica para contrarrestar la reforma que abrió a la inversión privada el sector energético en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Desde la oposición, Marko Cortés, líder nacional del PAN, y Manuel Añorve, líder de los senadores priistas, anunciaron que no respaldarán ninguna de las reformas propuestas por el presidente, alegando que buscan distraer de temas más urgentes.
Cortés sostuvo que la iniciativa de reforma al Poder Judicial debilitaría la independencia y autonomía del mismo, mientras que Añorve afirmó que las propuestas no benefician a la vida pública y buscan someter a los Poderes de la Unión.
«En el PAN no queremos ministros carnales, como la recién designada, la cual es la primera vez que no pasa por la aprobación del Senado», apuntó.
En cuanto a la propuesta a la reforma del sistema de pensiones, el presidente del PAN sostuvo que es un “dulce envenenado” que, en realidad, busca expropiar el ahorro de los trabajadores, como lo hicieron con los fondos de reserva, los fideicomisos y el dinero para enfermedades catastróficas como el cáncer.
La reacción de la oposición subraya la polarización en torno a las propuestas de López Obrador. Mientras el presidente busca consolidar su agenda y revertir políticas anteriores, la oposición se mantiene firme en su rechazo, argumentando que las iniciativas podrían afectar la independencia de las instituciones y el equilibrio de poderes. La escena política se presenta tensa y promete debates intensos en el Congreso en los próximos meses.
Aún se desconoce la propuesta que hará Andrés Manuel López Obrador, pero, subrayó, sus operadores ya dijeron en el pasado, con todas sus letras, lo que quieren: quitar los ahorros de los trabajadores a las Afores y pasar todo el dinero al Banco del Bienestar para que se destine al Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.