Un grupo de más de 200 personas se congregó en las cercanías de la Plaza de Toros en la Ciudad de México para expresar su rechazo a la reapertura de este lugar, especialmente por la continuación de las corridas de toros, suspendidas desde el 2022 por las autoridades locales. Portando pancartas, mantas y utilizando altavoces, los manifestantes condenaron la práctica de matar toros por mero entretenimiento.
Entre las consignas exhibidas en las mantas, resaltaba el mensaje: “El matar toros no es ni cultura ni tradición”. La protesta inició en las inmediaciones del Ángel de la Independencia, desde donde marcharon hacia lo que denominaron como el recinto de la muerte, la Plaza de Toros. Aunque la marcha fue vigilada discretamente por la Policía Capitalina y transcurrió en calma, los insultos hacia los asistentes aumentaron al salir de la plaza, sin que la situación se saliera de control.
Durante la realización de la corrida al interior de la plaza, se llevaron a cabo una serie de eventos político-culturales fuera del recinto. Su objetivo fue concientizar a los habitantes de la Ciudad de México sobre la importancia de evitar este tipo de eventos por el bienestar de los animales.
Los inconformes anunciaron que permanecerían en el lugar hasta que los asistentes, toreros y organizadores salgan de la Plaza de Toros, con el propósito de «hacerles entender» la necesidad de poner fin a la crueldad animal.