En un giro diplomático que ha capturado la atención internacional, México ha decidido otorgar asilo político al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, quien se encontraba refugiado en la embajada mexicana en Quito desde diciembre pasado. Esta decisión se produce en medio de una creciente tensión entre ambos países, desencadenada por la expulsión de la embajadora mexicana Raquel Serur por parte del Gobierno de Daniel Noboa.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha confirmado esta acción durante su conferencia matutina, destacando que México no tomará represalias similares y buscará recuperar a Raquel Serur. «Nosotros no vamos a romper relaciones, ni vamos a hacer lo mismo con el embajador de Ecuador. Vamos a ir a buscar a Raquel Serur», afirmó el mandatario.
La crisis diplomática entre Ecuador y México ha estado gestándose durante meses y se ha intensificado en los últimos días. Jorge Glas, quien ocupó el cargo de vicepresidente durante los mandatos de Rafael Correa y Lenín Moreno, buscó protección en la embajada mexicana en medio de temores por su seguridad personal. Esto ocurrió en medio de acusaciones en su contra por desvío de fondos destinados a la reconstrucción de la costa de Ecuador tras un devastador terremoto en 2016, acusaciones que él y su defensa calificaron como persecución política.
Glas ya había sido condenado previamente por delitos de asociación ilícita y cohecho en casos relacionados con la empresa Odebrecht y el caso Sobornos. A pesar de haber cumplido parte de su condena, se encontraba nuevamente bajo amenaza de detención cuando buscó refugio en la embajada mexicana.
El anuncio del asilo político a Glas ha llevado a una escalada en las tensiones entre ambos países. Ecuador había solicitado previamente a México permiso para ingresar a la embajada y arrestar a Glas, lo que México se negó a permitir. En respuesta, el gobierno ecuatoriano aumentó la presencia policial alrededor de la embajada, una acción que México condenó como una violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Además del asilo político a Glas, México también ha recibido en su territorio a otros funcionarios ecuatorianos que se encontraban en la embajada en Quito, quienes se declararon perseguidos políticos.
El intercambio entre México y Ecuador ha alcanzado su punto álgido esta semana, con la expulsión de la embajadora mexicana Raquel Serur. En respuesta, el presidente López Obrador ha anunciado que ha dado instrucciones para traer de vuelta a Serur a México.
La decisión de México de brindar refugio a Glas y su firme defensa de su embajadora demuestran el compromiso del país con los principios de solidaridad y respeto a los derechos humanos en el ámbito internacional.