El juez Jorge Rodríguez, del Poder Judicial de la Ciudad de México (PJCDMX), bajo la presidencia del magistrado Rafael Guerra Álvarez, enfatizó que cualquier persona que encuentre a un menor de edad en la vía pública debe entregarlo inmediatamente a un agente del ministerio público. Esto se debe a que el menor podría ser un expósito, es decir, un niño o niña cuyo origen y familia son desconocidos.
Rodríguez explicó que, según la legislación civil, un menor en esta situación puede ser declarado expósito y, a través de un juicio, puede ser puesto en adopción. El juez de oralidad en materia familiar se encargará de este proceso, siempre priorizando el interés superior del menor.
Rodríguez comentó que, aunque pueda parecer una situación de telenovela, todavía hay casos de menores abandonados en la vía pública sin información sobre sus padres o su origen.
Una vez que el ministerio público confirma que no se puede determinar la identidad de los padres, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la Ciudad de México se encarga de la tutela y protección del menor.
El Registro Civil asigna un nombre y fecha de nacimiento al menor, garantizando su derecho a la identidad. Los interesados en adoptar a un menor expósito deben cumplir varios requisitos legales, como ser mayores de 25 años, tener una diferencia de edad de al menos 17 años con el adoptado, demostrar capacidad económica y un modo de vida honesto, y no estar inscritos en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos ni en el Registro Público de Agresores Sexuales.
El DIF de la Ciudad de México gestiona las solicitudes de adopción, aceptando candidatos individuales o parejas de cualquier género.