En un acto de violencia que ha dejado consternada a la comunidad periodística y a la ciudadanía de Celaya, el periodista Alejandro Martínez Noguez, conocido popularmente como “El Hijo del Llanero Solitito”, fue asesinado en un ataque armado mientras viajaba custodiado por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. El trágico evento ocurrió después de que Martínez Noguez realizara una cobertura en el municipio de Villagrán, Guanajuato.
Alrededor del mediodía, Alejandro Martínez hizo su última transmisión en vivo desde la carretera Panamericana, en el tramo de Celaya a Salamanca. En su transmisión, reportaba un trágico accidente donde un hombre había perdido la vida al ser atropellado cerca del poblado de Mexicanos. La transmisión, que atrajo a casi dos mil espectadores, resultó ser su última conexión con su audiencia.
De regreso de la cobertura, Martínez Noguez viajaba en la parte trasera de una patrulla, escoltado por agentes municipales. Según testigos, una camioneta blanca se acercó y abrió fuego contra el vehículo policial. Varias balas impactaron en el cuerpo y la cabeza del periodista, quien fue trasladado de emergencia al Hospital General Regional de Celaya. A pesar de los esfuerzos médicos, Martínez Noguez falleció en la sala de urgencias debido a la gravedad de sus heridas. Los administradores de su página confirmaron la triste noticia a sus más de un millón de seguidores.
Alejandro Martínez Noguez ya había sobrevivido a un atentado el año pasado. En un incidente fuera de su casa en la colonia Vista Hermosa, en Celaya, un pistolero intentó asesinarlo, pero su arma se encasquilló, permitiendo que Martínez escapara con vida. Desde entonces, recibía protección del estado y del municipio, y dejó de cubrir ejecuciones para concentrarse en accidentes, denuncias ciudadanas y robos de vehículos.
Las autoridades ahora enfrentan la ardua tarea de determinar si el ataque estaba dirigido directamente a Martínez Noguez o si los verdaderos objetivos eran los policías que lo custodiaban. Este año, Celaya ha sido testigo del asesinato de 21 agentes de policía, lo que complica aún más la investigación. En junio pasado, se encontró en un pozo el cuerpo de otro comunicador, Víctor Manuel Jiménez, quien había estado desaparecido durante tres años. Estos casos reflejan el peligro constante al que están expuestos los periodistas en la región.
El asesinato de Alejandro Martínez Noguez no solo representa una pérdida para su familia y amigos, sino también para la comunidad que confiaba en su labor informativa. “Acaban de matar al ‘Llanero‘ que su familia encuentre pronta resignación y nosotros nos quedamos sin un gran reportero que siempre nos informaba lo que pasaba y que otros se calaban”, escribió un seguidor en su última transmisión, reflejando el sentimiento generalizado de pérdida y tristeza.
La violencia contra periodistas en México sigue siendo una problemática alarmante. El caso de Martínez Noguez subraya la urgente necesidad de proteger a los comunicadores y garantizar que puedan ejercer su labor sin temor a represalias. La comunidad de Celaya y los seguidores del “Hijo del Llanero Solitito” quedan con un vacío que será difícil de llenar, mientras las autoridades trabajan para llevar a los responsables ante la justicia.