La Convención Nacional Demócrata en Chicago, escenario de históricas decisiones políticas, se encuentra en pleno apogeo. En medio de una atmósfera cargada de emoción y expectativa, Kamala Harris se posiciona como la gran protagonista, al oficializarse su candidatura a la presidencia de Estados Unidos. Pero el evento tiene un atractivo adicional: la participación del expresidente Barack Obama y su esposa Michelle, dos figuras que no solo representan el pasado reciente del partido, sino también su futuro prometedor.
El United Center, casa de los icónicos Chicago Bulls y Chicago Blackhawks, se ha convertido esta semana en el epicentro de la política demócrata. Miles de delegados y seguidores del partido se han congregado para mostrar su apoyo a Harris, una candidata que, según muchos, tiene el carisma y la determinación necesarias para seguir los pasos de Obama.
«Se siente bien estar en casa, en Chicago», escribió Barack Obama en su cuenta de X, anunciando su participación en la convención. «Esperando con ansias participar en la @DemConvention, junto a tanta gente inspiradora para compartir lo que está en juego en esta elección y por qué @KamalaHarris y @Tim_Walz deben ser nuestros presidenta y vicepresidente». Estas palabras del exmandatario han resonado profundamente en un partido que busca mantener el impulso y la unidad necesarios para vencer al candidato republicano, Donald Trump, en las próximas elecciones.
La asistencia de Obama y Michelle ha revitalizado la energía de la convención. Franklin Delano Williams, un delegado de Georgia, no escatima en su entusiasmo: «¿Tú has visto sus mítines? ¿Las multitudes? Lo vamos a lograr». Las palabras de Williams reflejan la confianza que muchos demócratas depositan en la capacidad de Obama para movilizar las bases en favor de Harris, quien se perfila como la gran esperanza del partido para las elecciones de noviembre.
Pero no todo es júbilo en Chicago. A pesar del entusiasmo generalizado, la convención también ha sido testigo de manifestaciones de protesta. El martes, cientos de personas se congregaron en las calles para expresar su rechazo a la guerra en Gaza, un conflicto que desde octubre ha causado más de 40 mil muertes. Este descontento no ha pasado desapercibido para el presidente saliente, Joe Biden, quien en su discurso de despedida reconoció la legitimidad de las preocupaciones de los manifestantes: «Esos manifestantes en la calle tienen un punto (de razón). Mucha gente inocente ha sido asesinada, en ambos lados», comentó, dejando claro que la complejidad de la situación no puede ser ignorada.
El emotivo discurso de Biden la noche del lunes fue uno de los momentos más destacados de la convención. «Estados Unidos, les di lo mejor de mí», declaró el presidente, citando la canción «American Anthem» de Gene Scheer, que había mencionado también en su discurso de inauguración en 2021. Con lágrimas en los ojos, los asistentes lo ovacionaron de pie durante varios minutos, en reconocimiento a su dedicación y esfuerzo por la nación.
Kamala Harris, quien debutó en la convención justo antes del discurso de Biden, también tuvo palabras de elogio para el presidente saliente, a quien definió como «increíble». Sin embargo, la mirada de Harris está firmemente puesta en el futuro. El jueves, en el cierre de la convención, la candidata aceptará formalmente la nominación presidencial, en un discurso que muchos consideran el más importante de su carrera. Este será el momento en el que Harris deberá demostrar que está preparada para llevar el legado de Obama al siguiente nivel, y que tiene la visión y el liderazgo necesarios para guiar a Estados Unidos en una nueva dirección.
Mientras tanto, Harris y su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota Tim Walz, continuarán su campaña con un evento en Milwaukee, un territorio que recientemente fue escenario de la convención republicana.