Una nueva oleada de violencia sacudió este miércoles 23 de abril a Michoacán y Guanajuato, donde se registraron bloqueos, incendios y ataques coordinados que alteraron por completo la movilidad y seguridad de miles de ciudadanos. Las acciones fueron atribuidas, de forma preliminar, al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en aparente respuesta a operativos recientes de fuerzas federales.
En Michoacán, los municipios de Uruapan, Erongarícuaro, Yurécuaro, Zamora, Chilchota, Purépero, Zacapu, Tlazazalca y Apatzingán fueron escenarios de una serie de ataques que incluyeron el incendio de camiones, vehículos particulares y autobuses. La región de Tierra Caliente vivió momentos de tensión con el ataque simultáneo a dos tiendas de conveniencia, una de ellas ubicada en la carretera Apatzingán‑Aguililla.
Autoridades estatales y federales desplegaron operativos de seguridad en los puntos más críticos. La Guardia Nacional, mediante su División de Carreteras, confirmó el cierre total de al menos cuatro vialidades federales. Las imágenes de tráileres en llamas, así como el humo cubriendo los accesos a distintas zonas urbanas, generaron una atmósfera de alarma e incertidumbre.
En Guanajuato, el conflicto se extendió rápidamente. Se reportaron incendios en al menos cuatro tráileres sobre la carretera Irapuato-La Piedad, específicamente en los tramos de Pénjamo, donde los bloqueos fueron localizados cerca de la tequilera Corralejo, la empresa Albapesa, el Cecyteg y la empresa Conasa. A pesar del impacto visual y logístico, no se reportaron heridos.
La Secretaría de Seguridad y Paz en Guanajuato confirmó que los hechos derivaron del intento de robo y que, según testigos, personas armadas huyeron rumbo a La Piedad luego de provocar las detonaciones. La situación fue catalogada como controlada en las primeras horas de la noche, aunque las afectaciones viales persistieron durante varias horas.
En una acción preventiva, la empresa de paquetería Estafeta anunció la suspensión temporal de operaciones en cinco municipios afectados: Apatzingán, La Piedad, Zamora, Pénjamo y Abasolo. La decisión se tomó con el objetivo de proteger a sus trabajadores frente a la creciente inseguridad en la zona.
Las autoridades continúan con operativos coordinados para reestablecer la normalidad y localizar a los responsables. Las investigaciones siguen su curso, mientras las fuerzas de seguridad refuerzan su presencia en el Bajío. La prioridad: garantizar la paz y evitar una nueva escalada de violencia.