Roma despide al papa Francisco entre multitudes y emociones históricas

Roma despide al papa Francisco entre multitudes y emociones históricas

Una Roma conmocionada y llena de emoción acompañó este sábado el cortejo fúnebre del papa Francisco. Alrededor de 150 mil personas se concentraron a lo largo del recorrido que llevó su féretro desde la Basílica de San Pedro hasta la Basílica de Santa María la Mayor, según confirmó la oficina de prensa del Vaticano.

La despedida se sumó al homenaje previo de 250 mil fieles que asistieron a la misa funeraria celebrada en la plaza de San Pedro, en presencia de destacados líderes mundiales como el presidente estadounidense Donald Trump y el rey Felipe VI de España.

El féretro, colocado en uno de los papamóviles utilizados durante sus viajes internacionales, inició su recorrido a las 12:30 horas. Salió por la Puerta del Perugino, atravesando los muros vaticanos para dirigirse hacia la avenida Vittorio Emanuele. Desde ahí, continuó hasta la Plaza de Venecia y recorrió la vía de los Foros Imperiales, una ruta cargada de simbolismo que incluso pasó frente al Coliseo, donde el pontífice solía presidir el viacrucis del Viernes Santo.

Cada tramo del trayecto, de aproximadamente seis kilómetros, estuvo marcado por miles de rostros, oraciones silenciosas y una atmósfera de profundo respeto. El paso frente al imponente anfiteatro flavio marcó el giro hacia el destino final: la Basílica de Santa María la Mayor.

El papa Francisco había expresado en vida su deseo de descansar ante la imagen de la «Salus Populi Romani», a quien profesaba una devoción inquebrantable y a la que acudía a orar antes y después de cada viaje apostólico. Su despedida no podía tener un escenario más significativo.

Al llegar a las puertas de la basílica, el féretro fue recibido por un grupo de personas pobres y migrantes, cada uno sosteniendo una rosa en la mano. La escena, cargada de simbolismo y ternura, se convirtió en una poderosa imagen para la historia: el papa de los humildes, acompañado en su último adiós por quienes siempre defendió.

El recorrido y el homenaje final sellaron el legado de un pontífice que transformó los gestos y acercó la espiritualidad al pueblo. El eco de su partida quedará grabado en las calles de Roma, en la mirada de cada uno de los que presenciaron esta jornada histórica y en la memoria viva de millones alrededor del mundo.

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