Una apertura olímpica sin precedentes que sobre el Sena enciende la magia de la Ciudad Luz

Una apertura olímpica sin precedentes que sobre el Sena enciende la magia de la Ciudad Luz

París, la eterna Ciudad Luz, deslumbró al mundo al inaugurar los Juegos Olímpicos de 2024 con una ceremonia que rompió moldes y celebró la elegancia y la historia de la capital francesa. Este viernes 26 de julio, Lutecia, nombre antiguo de París, se vistió de gala, no solo por sus orígenes, sino por la magnificencia de un evento que se realizó fuera de un estadio, en los emblemáticos muelles del río Sena.

El presidente francés Emmanuel Macron y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, dieron inicio a la 33ª edición de los Juegos Olímpicos en un escenario que ningún anfitrión había explorado antes. La ceremonia inaugural desplegó un espectáculo visual impresionante, con una cortina de agua sobre el Sena que mostraba la bandera tricolor francesa, reflejada de manera espectacular en las aguas del río. La toma, desde y alrededor del Puente Alexandre III, subrayó la belleza de una travesía que es sin duda una de las más encantadoras de París.

En un momento de gran simbolismo, la leyenda del fútbol Zinedine Zidane recibió la Llama Olímpica de manos del comediante Jamel Debbouze en el Stade de France. Zidane, en un gesto que conectó el pasado con el presente, tomó el metro para entregar la llama a un grupo de niños, quienes a su vez la confiaron a un misterioso portador. La llegada de la Llama al Sena, a bordo de un barco, marcó un punto culminante cuando el río se iluminó en azul, blanco y rojo, los colores de la bandera francesa.

Por primera vez, la ceremonia inaugural se celebró en el corazón de la ciudad anfitriona. Nada menos que 6,800 deportistas desfilaron de este a oeste por la capital francesa. Las delegaciones, a bordo de barcos, recorrieron un trayecto de seis kilómetros entre los puentes de Austerlitz e Iéna, pasando por monumentos icónicos como el Museo de Orsay, Notre-Dame de París, la Torre Eiffel y el Trocadero.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la actuación de bailarines vestidos de artesanos que bailaron en los andamios de Notre-Dame, rindiendo homenaje a la catedral que sufrió un devastador incendio en 2019. Además, las pinturas del Museo del Louvre cobraron vida, destacando los valores republicanos de Igualdad y Fraternidad, y reconociendo a grandes mujeres francesas como Olympe de Gouges.

El espectáculo cultural se complementó con actuaciones de figuras musicales de renombre. Artistas como Rim-K, Rita Mitsouko, Lady Gaga, Aya Nakamura y Céline Dion subieron al escenario, culminando con una interpretación sublime de Dion en la Torre Eiffel. La Dame de Fer, inicialmente odiada, brilló como un símbolo potente de Francia ante el mundo. El pebetero voló en un globo aerostático, recordando el primer vuelo en 1973.

Afortunadamente, la seguridad francesa logró evitar cualquier incidente relacionado con atentados, aunque no pudo controlar del todo algunos desajustes en las entradas y la clásica lluvia parisina que hizo su aparición, añadiendo un toque auténtico a la inauguración.

Con esta inauguración, París no solo abrió los Juegos Olímpicos, sino que también mostró al mundo la esencia de su alma: una mezcla de historia, cultura, y un inigualable espíritu festivo. Los Juegos Olímpicos de 2024 prometen ser una celebración inolvidable de deporte y fraternidad, con una ciudad francesa brillando en todo su esplendor unificando al mundo.

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