Un grupo de ambientalistas y organizaciones defensoras de los derechos humanos y de los animales solicitaron apoyo internacional para el proyecto S.O.S. Yucatán, cuyo objetivo es frenar la expansión de megagranjas porcícolas que están causando serios daños a las comunidades indígenas del sureste de México.
Sofía Morín, representante de Mercy For Animals Latinoamérica, denunció que el 80% de estas granjas se han instalado en ejidos de comunidades mayas, contaminando agua, aire y suelo. Morín destacó que las granjas, con hasta 100,000 animales, se establecen en áreas vulnerables sin el consentimiento de las poblaciones locales, violando su derecho a un ambiente sano.
Investigaciones recientes revelan que la contaminación en estas zonas supera hasta ocho veces los niveles permitidos por las normas mexicanas. Además, los ambientalistas exigieron el cumplimiento del Convenio de Ramsar para la protección de humedales, y denunciaron la falta de respuesta de las autoridades locales.
Mercy For Animals Latinoamérica, junto con otras organizaciones, presentó un documento con 21,000 firmas, incluyendo las de 150 residentes de Santa María Chi, quienes viven en condiciones insalubres debido a la proximidad de una megagranja.
Además, la organización denunció el maltrato animal en estas instalaciones, que incluyen prácticas crueles como la castración sin anestesia y el confinamiento extremo de las hembras