El Senado de la República vivió momentos de tensión este martes cuando decenas de trabajadores del Poder Judicial irrumpieron en plena sesión al grito de “¡traidores!”. Con banderines blancos y banderas de México en mano, los manifestantes protestaron contra la reforma judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, forzando a los legisladores a suspender la sesión.
“¡El poder judicial no va a caer!”, gritaban los manifestantes mientras se abrían paso por los accesos del Senado en Paseo de la Reforma. Con pancartas y altavoces, los trabajadores lograron llegar hasta las puertas del salón de pleno, aunque fueron contenidos por personal de seguridad que impidió su ingreso total. La escena fue un claro mensaje de que no piensan quedarse de brazos cruzados ante los cambios propuestos.
El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, no tuvo más opción que declarar un receso indefinido. “Se levanta la sesión”, anunció mientras los gritos y consignas de los manifestantes resonaban en el recinto. Este inesperado desenlace dejó en pausa el debate sobre la polémica reforma judicial que ha encendido los ánimos en todo el país.
Desde tempranas horas, los trabajadores se reunieron a las afueras del Senado, siguiendo la sesión a través de una pantalla gigante instalada en la calle de París. Los diálogos de los legisladores y las posturas a favor y en contra de la reforma judicial no hicieron más que avivar la ira de los manifestantes, quienes no dudaron en expresarse de manera contundente.
En medio de la sesión, se presentaron situaciones inesperadas, como la denuncia de los emecistas sobre la detención del padre del senador Daniel Barrera en Campeche, y la solicitud de licencia del panista Miguel Ángel Yunes Márquez tras haber estado incomunicado con su bancada. Su lugar fue tomado por su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, quien aprovechó para criticar al líder nacional del PAN, Marko Cortés.
La sesión, que se perfilaba como un intenso debate sobre el futuro del Poder Judicial, quedó suspendida sin fecha de reanudación. Los trabajadores del Poder Judicial han dejado claro que no se detendrán y que seguirán alzando la voz contra lo que consideran un ataque a sus derechos y autonomía. “Los legisladores no están solos en sus decisiones, nosotros estamos aquí para vigilar y exigir justicia”, comentó uno de los manifestantes. La batalla por la reforma judicial está lejos de terminar y, mientras tanto, el Senado se enfrenta a un panorama cada vez más complejo y lleno de presión social.