Ochenta años después de su desaparición en una misión secreta durante la Segunda Guerra Mundial, los restos del submarino británico HMS Trooper (N91) han sido finalmente localizados en el Mar Egeo. Con 67 tripulantes a bordo, el submarino fue dado por perdido en acción en octubre de 1943, y su hallazgo no solo resuelve uno de los mayores misterios navales de la guerra, sino que también brinda un cierre largamente esperado para las familias de los caídos.
El HMS Trooper, un submarino clase T, tenía una misión crucial: desembarcar a tres agentes de la resistencia griega en la isla de Kalamos, cerca de la costa occidental de Grecia. Tras cumplir con esta operación, debía patrullar el Mar Egeo, una zona peligrosa minada por las fuerzas alemanas. El 17 de octubre de 1943, se esperaba su llegada a Beirut, pero nunca arribó.
La historia del submarino británico permaneció envuelta en misterio durante décadas, con informes contradictorios sobre su destino final. Sin embargo, un equipo liderado por el experto griego en recuperación submarina, Kostas Thoctarides, cambió la historia. Tras estudiar minuciosamente los registros de la Segunda Guerra Mundial, Thoctarides y su equipo determinaron que el HMS Trooper probablemente se había hundido al oeste de donde inicialmente se creía. Después de 14 expediciones fallidas en la zona equivocada, su análisis resultó acertado: el submarino fue localizado en el fondo marino al norte de la isla de Donoussa.
El hallazgo fue posible gracias a la tecnología moderna de sondeo submarino. Utilizando sonar para mapear el fondo del mar, el equipo de Planet Blue, la empresa de recuperación submarina de Thoctarides, identificó los restos del submarino a unos 253 metros de profundidad. Luego, el Super Achille, un vehículo operado a distancia, permitió la exploración directa y confirmó que el submarino se había dividido en tres partes, como resultado de una explosión masiva, casi con certeza causada por una mina naval alemana.
«Es un descubrimiento monumental, no solo por su importancia histórica, sino por el cierre que brinda a las familias de los marineros», señaló Thoctarides en un comunicado. Entre ellos, Richard Wraith, hijo del comandante del HMS Trooper, el teniente John Wraith, expresó su gratitud: “He sido consciente durante muchos años del arduo esfuerzo realizado por el equipo griego. Ahora que han localizado los restos, espero que las familias encuentren paz”.
El submarino, que descansa en silencio en el fondo del mar, ha sido declarado una tumba de guerra, lo que significa que no será alterado ni extraído. Entre las partes más reveladoras de los restos se encuentra una escotilla abierta en la torre de mando, lo que sugiere que el HMS Trooper navegaba en la superficie cuando chocó con la mina que terminó con su misión y su tripulación.
Este es el octavo submarino hundido en tiempos de guerra que ha sido descubierto por Planet Blue en aguas griegas, y su hallazgo corrige un error histórico: el supuesto avistamiento del HMS Trooper el 14 de octubre de 1943, al este de su ubicación real, resultó ser otro submarino de la misma clase. Ahora, más de ocho décadas después, sus restos sirven como un recordatorio de los sacrificios realizados durante la Segunda Guerra Mundial y ofrecen a las familias de aquellos que lo perdieron un lugar tangible para honrar su memoria.