En una gélida mañana otoñal en Minnesota, el candidato demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos, Tim Walz, junto a su esposa Gwen y su hijo Gus, emitió su voto de manera anticipada en un centro de votación en St. Paul. Acompañado de su familia, Walz mostró no solo el compromiso con el proceso electoral, sino también la relevancia de esta elección, que según él, representa «una oportunidad de dejar atrás el caos».
A su llegada al centro de votación del condado de Ramsey, Walz no ocultó su entusiasmo. «Estoy emocionado», comentó a los reporteros que lo esperaban en el lugar, mientras se dirigía hacia la máquina de votación. Su hijo Gus también fue parte de este significativo momento al votar por primera vez, lo que desató una cálida ovación en la sala tras la exclamación de un empleado electoral: «¡votante primerizo!». Padre e hijo sellaron el momento con un choque de palmas, un gesto simbólico de una generación que ejerce su derecho al voto.
Después de emitir su voto, Walz habló brevemente con los medios, luciendo el distintivo adhesivo rojo que decía «Yo voté», y aprovechó para compartir su visión sobre la importancia de esta contienda. En sus palabras, esta elección es una encrucijada crítica para el país. “Donald Trump ha dejado muy claro que esta es una elección sobre él y su ambición de consolidar un control total sobre las instituciones de este país, incluyendo el Ejército y el Departamento de Justicia”, advirtió Walz. Su mensaje no solo se enfocó en la figura del expresidente, sino también en la preocupación sobre los peligros que, según él, representa para la democracia estadounidense.
El gobernador de Minnesota agradeció públicamente al general retirado John Kelly, quien fue jefe del Estado Mayor Conjunto durante la administración de Trump, por sus recientes declaraciones en las que condena el comportamiento del expresidente. «Es el valor de personas como Kelly lo que necesitamos en momentos como este», dijo Walz, en referencia a los comentarios del general, quien advirtió sobre el «descenso a la locura» que, según él, Trump podría causar si vuelve al poder.
Sobre los informes que indican que Rusia está involucrada en esfuerzos de desinformación relacionados con su candidatura, Walz fue tajante. Aunque no quiso profundizar en detalles, subrayó que «es muy claro que Putin quiere que Trump gane; y Donald Trump quiere que Putin gane». Sus declaraciones reflejan la creciente preocupación sobre la interferencia extranjera en las elecciones, un tema que sigue siendo relevante desde los comicios de 2016.
Esta no es la primera vez que la familia Walz acude a votar de manera anticipada. En 2022, Tim y Gwen también participaron en el mismo centro de votación junto a su hija, Hope, quien en ese entonces votaba por primera vez. Ahora, Hope reside en Montana, pero el compromiso cívico de la familia Walz continúa siendo una constante, un símbolo de la importancia que le dan al ejercicio democrático.
Minnesota abrió oficialmente su periodo de votación anticipada el 20 de septiembre, y aunque Walz ha estado mayormente ocupado en la ruta de campaña, este acto no solo representa su participación en el proceso electoral, sino también una reafirmación de los principios que defiende en su carrera por la vicepresidencia: el valor del voto, la democracia y la necesidad de un liderazgo que se aleje de las divisiones y el caos que, en sus palabras, ha generado Donald Trump.