El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles su primera ley desde su regreso al poder, una legislación que refuerza las políticas migratorias al permitir la detención de migrantes por delitos menores antes de ser condenados.
En la Sala Este de la Casa Blanca, ante un centenar de invitados, Trump rubricó la ley que lleva el nombre de Laken Riley, una joven asesinada por un migrante indocumentado en 2024. “Estados Unidos nunca olvidará a Laken Riley”, afirmó el mandatario, subrayando que su agresor, un venezolano en situación irregular, debió haber sido deportado antes del crimen.
La legislación, aprobada el 22 de enero por la Cámara de Representantes y posteriormente por el Senado, recibió el apoyo mayoritario de los republicanos y de un grupo de demócratas. Sin embargo, activistas pro inmigrantes han calificado la medida como una amenaza a los derechos civiles, al considerar que podría derivar en redadas masivas contra personas acusadas de delitos no violentos.
La ley otorga nuevas facultades a los fiscales generales estatales, permitiéndoles influir en la política migratoria federal y presionar al Departamento de Estado para restringir visas a ciudadanos de países que rechacen recibir deportados. Además, se prevé un aumento significativo en el presupuesto para detenciones migratorias, estimado en más de 3.000 millones de dólares, lo que ampliaría la capacidad de detención a más de 60.000 personas.
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se encargará de ejecutar los arrestos, que incluirán delitos como hurtos menores en tiendas. Trump destacó que esta es solo una primera medida dentro de un plan más amplio para endurecer la política migratoria, asegurando que su administración trabajará en más leyes para fortalecer el control fronterizo y la seguridad nacional.
Durante su discurso en una conferencia con legisladores republicanos en Florida, el presidente reafirmó su compromiso con la implementación de medidas estrictas contra migrantes con antecedentes penales, reiterando su promesa de llevar a cabo la mayor operación de deportaciones en la historia del país.