El príncipe Enrique deja Sentebale entre renuncias, demandas y un futuro incierto

El príncipe Enrique deja Sentebale entre renuncias, demandas y un futuro incierto

El príncipe Enrique ha dado un paso atrás en uno de sus proyectos más significativos: Sentebale, la organización benéfica que fundó en 2006 junto al príncipe Seeiso de Lesoto, ya no contará con él como benefactor. La noticia se dio a conocer mediante un comunicado oficial que sorprendió al mundo de la filantropía y a quienes han seguido de cerca la trayectoria de esta fundación enfocada en apoyar a jóvenes del sur de África.

El motivo de esta renuncia surge en medio de un tenso ambiente y marcado por divisiones internas. En las últimas semanas, cinco de los nueve miembros del consejo directivo de Sentebale renunciaron en bloque tras un duro enfrentamiento con su presidenta, Sophie Chandauka. La decisión de Enrique y Seeiso de alejarse no solo refleja su apoyo a los consejeros dimisionarios, sino que también pone en evidencia la magnitud de la crisis que vive la organización.

En una declaración conjunta, los príncipes expresaron que la situación era “desoladora” e “insostenible” tras la ruptura definitiva entre el consejo y la presidenta. Aunque conmocionados por verse obligados a tomar esta medida, enfatizaron su compromiso con las comunidades beneficiarias y aseguraron que ya han compartido sus preocupaciones con la Comisión de Caridad británica.

Desde su creación, Sentebale ha jugado un papel vital para jóvenes de Lesoto y, desde 2019, de Botsuana. Su labor no solo se limitó a combatir el VIH, sino que amplió su campo de acción hacia la prevención de la violencia de género, el abuso de sustancias y otras problemáticas que afectan gravemente a la juventud. Fundada en honor a la princesa Diana, la organización simbolizaba para Enrique algo más que una causa, representaba un legado.

En medio de esta ruptura, los consejeros que renunciaron aseguraron que solicitaron formalmente la destitución de Chandauka, tras perder la confianza en su gestión. Según ellos, la presidenta respondió interponiendo una demanda en el Reino Unido para impedir ser destituida, situación que derivó en su dimisión colectiva para evitar mayores gastos legales a la organización.

Por su parte, Chandauka sostiene que su actuar responde a un intento de destapar “problemas de mala gobernanza”, denunciando incluso casos de abuso de poder, intimidación, misoginia y acoso. En su defensa, afirmó que presentó la demanda para proteger la integridad de la organización y que ya ha informado de estos hechos a la Comisión de Caridad.

La presidenta continuará liderando una reestructuración interna que busca transformar y ampliar las actividades de Sentebale, incluyendo nuevos enfoques como el desarrollo empresarial y la resiliencia climática en la región. Mientras tanto, Enrique y Seeiso cierran un capítulo, dejando claro que aunque dejan de ser benefactores, seguirán siendo los fundadores que soñaron con cambiar la vida de miles de jóvenes africanos. La Comisión de Caridad se mantiene en proceso de evaluación para determinar los próximos pasos frente a este complejo escenario.

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