La jugada silenciosa: Cómo el número de Seguro Social se convierte en un arma de deportación

La jugada silenciosa: Cómo el número de Seguro Social se convierte en un arma de deportación

En Estados Unidos, el número de Seguro Social (SSN) se ha transformado en algo más que un requisito burocrático. Ahora, representa una poderosa herramienta que puede marcar el destino de miles de inmigrantes, al punto de dejarlos fuera del sistema financiero, laboral y social del país. Una estrategia reciente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Administración del Seguro Social (SSA) ha encendido las alarmas: se trata de la inclusión de inmigrantes legales en el archivo de inelegibles, una base de datos que históricamente contenía únicamente a personas fallecidas.

La acción comenzó durante la administración de Donald Trump y sigue causando repercusiones. Más de 6,300 inmigrantes, muchos de ellos ingresando de manera legal bajo programas vigentes durante el gobierno de Joe Biden, fueron registrados como “muertos” digitalmente, sin haber perdido la vida. Esta inclusión en el “archivo maestro de inelegibles” implica la anulación de sus SSN, impidiéndoles acceder a empleos formales, tarjetas bancarias, créditos, beneficios federales o cualquier servicio que dependa de esta identificación.

Los efectos de esta medida van más allá de lo administrativo. Expertos la describen como una forma de “muerte financiera”. Sin un SSN activo, la vida cotidiana en Estados Unidos se vuelve casi imposible para cualquier inmigrante: no pueden trabajar legalmente, abrir una cuenta bancaria o acceder a la mayoría de los servicios públicos y privados que requieren verificación de identidad.

Martin O’Malley, ex comisionado de la SSA bajo el gobierno de Biden, advirtió que esta estrategia es “ilegal en muchos aspectos”. Calificó el proceso como una forma de “asesinato digital” que atenta contra personas que ingresaron legalmente y con permisos vigentes. “Trump y Musk pueden ‘desaparecer’ digitalmente a cualquier inmigrante legal; entonces también pueden hacerlo con quienes ya viven aquí con estatus regular”, declaró para CBS News.

Desde la Casa Blanca, la vocera Elizabeth Hudson no ocultó la intención de fondo. “El presidente Donald Trump prometió deportaciones masivas y, al eliminar el incentivo monetario para que los inmigrantes indocumentados vengan y se queden, los animaremos a autodeportarse”, señaló en declaraciones a CNN.

El DHS sostiene que los primeros afectados por esta medida tenían antecedentes penales o presuntos vínculos con el terrorismo. Sin embargo, organizaciones civiles y expertos en derechos migratorios temen que el alcance sea mucho mayor, incluyendo a personas sin historial delictivo y con residencia legal.

Por su parte, la SSA aclara que los inmigrantes legales aún pueden realizar ciertos trámites sin un SSN. Obtener una licencia de conducir, inscribirse en una escuela o comprar un seguro de salud serían algunos de los servicios accesibles. También indican que muchas instituciones podrían aceptar formas alternativas de identificación si se solicita.

La medida, ya en marcha, pone en juego mucho más que un número: redefine el concepto de pertenencia en un país donde la identidad está ligada a una secuencia de nueve dígitos.

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