Violento ajuste de cuentas en Tamaulipas: El crimen organizado habría reaccionado con brutalidad al duro golpe que significaron los recientes decomisos de millones de litros de combustible ilegal en el estado. La víctima fue Ernesto Cuitláhuac Vásquez Reyna, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), asesinado en Reynosa la tarde del lunes 4 de agosto.
La FGR confirmó este martes que abrió una carpeta de investigación federal para esclarecer el asesinato de su delegado en Tamaulipas, y adelantó que la principal línea apunta a una represalia por parte de grupos delictivos afectados por operativos que, entre marzo y julio, aseguraron más de 15 millones de litros de combustible robado. Según el comunicado oficial, “los primeros indicios, por la violencia inusitada y la brutalidad del crimen, apuntan con alta probabilidad a la participación de la delincuencia organizada”.
El ataque ocurrió en plena luz del día, sobre el Bulevar Hidalgo, la principal arteria de Reynosa. Vásquez Reyna circulaba en una camioneta negra cuando fue interceptado, atacado con explosivos y posteriormente acribillado. La violencia del atentado y el perfil de la víctima confirmaron de inmediato su carácter de alto impacto.
El caso más reciente ocurrió apenas el 26 de julio, cuando la FGR, en coordinación con el Ejército y el Gabinete de Seguridad, decomisó más de un millón 800 mil litros de gasolina y otros combustibles ilícitos en un predio de la colonia La Escondida, en Reynosa. En el mismo operativo se aseguraron nueve tractocamiones, 12 motobombas, 39 tanques móviles de almacenamiento (frac tanks), tres vehículos, dos generadores eléctricos y una barredora industrial.
Este operativo, según fuentes de la FGR, habría sido el detonante inmediato del crimen contra el delegado. La fiscalía no descarta otras líneas de investigación, pero subrayó que los golpes recientes al mercado ilegal de hidrocarburos representan una clara motivación para la respuesta criminal.
Antes de eso, el 13 y 15 de julio, en Nuevo Laredo, autoridades federales incautaron más de 3.2 millones de litros de huachicol ferroviario. Se trató de 30 carrotanques encontrados en la estación aduanera del ferrocarril sin documentación que acreditara la legal posesión del hidrocarburo.
El operativo más grande se ejecutó el 31 de marzo en el puerto de Altamira, donde se decomisaron más de 12 millones de litros de combustible. En esa acción participaron la SSPC, la Sedena y la FGR. Se aseguró un buque que transportaba más de 10 millones de litros ocultos bajo documentación falsa. Además, en dos predios cercanos se encontraron otros dos millones de litros, junto a 192 contenedores, 29 tractocamiones y armamento.
Tamaulipas es un territorio clave en las operaciones del Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste, grupos que mantienen estructuras con fuerte capacidad de fuego y redes para el tráfico de combustibles, drogas y armas. Estas organizaciones no solo operan en el estado, sino que tienen presencia en entidades como Veracruz, Yucatán, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
El Cártel del Golfo actúa mediante células como Los Escorpiones, Los Metros, Los Rojos y Los Ciclones. Su rival, el Cártel del Noreste, mantiene facciones como La Tropa del Infierno y Los Chukys, caracterizadas por su alto nivel de violencia y control territorial.
El gobernador Américo Villarreal consideró que el crimen puede estar vinculado directamente con los operativos que han dañado financieramente a los grupos delictivos. “Seguramente hay alguna condición que tendremos que ver de fondo”, declaró ante medios. La FGR ya tomó contacto con la familia del delegado asesinado, a la que prometió apoyo y acceso a información puntual durante el curso de la investigación.
La carpeta sigue abierta, y aunque hay varias líneas de análisis, la fiscalía reitera que el caso tiene una conexión clara con los recientes decomisos de combustible robado, uno de los pilares financieros del crimen organizado en la región.