El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, afirmó este viernes que ambos países mantienen un frente unido contra el narcotráfico, al que calificó como un “enemigo en común” que amenaza la seguridad y estabilidad de las dos naciones.
En un comunicado, Johnson advirtió que “los cárteles son los que deberían de tener miedo, miedo a la fuerza combinada, la determinación y la resolución de dos naciones soberanas comprometidas con la justicia y con proteger a su gente”. Destacó que esta alianza busca proteger a las comunidades de ambos lados de la frontera y desmantelar las redes criminales que lucran con la violencia, la adicción y el caos.
El diplomático subrayó la coordinación directa con la administración de Claudia Sheinbaum, presidenta de México, y respaldó la postura del senador estadounidense Marco Rubio, quien ha insistido en que estos grupos deben “empezar a tratarse como organizaciones terroristas armadas, no sólo como simples organizaciones dedicadas al narcotráfico”.
Johnson reiteró que la estrategia no consiste en acciones unilaterales por parte de Washington, sino en “construir un frente conjunto e inquebrantable con México para defender a nuestros ciudadanos”. Aseguró que se emplearán “todas las herramientas” disponibles para garantizar la seguridad, actuando como “dos aliados soberanos” frente a una amenaza compartida.
El mensaje del embajador se da en el contexto de un reporte de The New York Times, que reveló que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó en secreto una orden para que el Pentágono pueda desplegar fuerzas militares contra cárteles designados como terroristas. Según el medio, la instrucción presidencial otorgaría una base legal para que las Fuerzas Armadas estadounidenses lleven a cabo operaciones directas y unilaterales en el extranjero contra estos grupos.
La información señala que seis organizaciones criminales mexicanas figuran en la lista de cárteles designados como terroristas. De confirmarse su aplicación, la medida abriría la puerta a intervenciones militares más amplias, algo que históricamente ha sido un tema de tensión diplomática.
El posicionamiento de Johnson busca reforzar el mensaje de cooperación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad, dejando claro que la meta común es debilitar a las organizaciones criminales y proteger a la población de los efectos de la violencia y el narcotráfico, “Esto no se trata de que los Estados Unidos actúe solo”, reiteró.