Miles de personas salieron a las calles este sábado en distintas ciudades de Estados Unidos para manifestarse contra la propuesta impulsada por el presidente Donald Trump que busca redistribuir el mapa electoral de Texas. La medida, presentada en julio por legisladores republicanos de ese estado, busca garantizar al menos cinco escaños adicionales en la Cámara de Representantes en favor del Partido Republicano de cara a las elecciones legislativas de 2026.
La concentración principal tuvo lugar en Austin, Texas, donde más de cinco mil manifestantes se reunieron frente al capitolio estatal en una demostración de rechazo al plan. Con pancartas y consignas, organizaciones y ciudadanos denunciaron que la iniciativa es un intento de manipular las reglas del sistema electoral.
“Trump intenta robar las elecciones de 2026 manipulando el sistema y alterando los mapas electorales. Empezó en Texas, pero no se detendrá ahí. Estamos contraatacando”, expresaron los organizadores del movimiento, integrado por la coalición Texas for All, la red Planned Parenthood y con respaldo del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés).
Las protestas no se limitaron al estado sureño. Según reportes de medios locales y nacionales, hubo movilizaciones en Nueva York, California y Florida, donde los participantes también mostraron inconformidad no solo por la redistribución de distritos, sino también por políticas y decisiones tomadas por la actual administración. En Wilton Manors, Florida, la marcha tuvo una notable convocatoria y se sumó al eco nacional de rechazo.
La propuesta de redistribución de distritos ha abierto un frente de confrontación entre demócratas y republicanos. Mientras la administración Trump y sus aliados defienden la iniciativa como un “reordenamiento necesario”, la oposición la denuncia como un intento de “gerrymandering”, práctica que manipula los límites de los distritos para favorecer a un partido.
La estrategia en Texas busca asegurar ventajas en zonas clave del estado, tradicionalmente disputadas, lo que podría consolidar la mayoría republicana en el Congreso tras las elecciones de medio término en 2026. En respuesta, representantes de Nueva York y California han dejado entrever que podrían impulsar medidas similares en sus territorios para reforzar la posición demócrata en el legislativo.
Las manifestaciones del fin de semana confirman que la redistribución electoral se ha convertido en uno de los temas más sensibles en la política estadounidense. Lo que comenzó como una iniciativa local en Texas ya escaló a un debate nacional que promete intensificarse conforme avance el calendario electoral.
Con miles de voces en las calles, el pulso ciudadano marca un precedente rumbo a 2026, dejando claro que la disputa por los mapas electorales será un eje central en la lucha por el control político de Estados Unidos.