El mundo del entretenimiento despide a una leyenda. James Earl Jones, la icónica voz detrás de Darth Vader y Mufasa, falleció a los 93 años, dejando un legado inolvidable. Su partida, según informó su agente Barry McPherson, ocurrió en su hogar, rodeado de sus seres queridos. Jones, quien padecía diabetes desde hace tiempo, nunca dejó de impactar con su imponente presencia, aunque a menudo solo lo escuchábamos y no lo veíamos.
Jones, cuya voz grave y poderosa se convirtió en un sello distintivo del cine y la televisión, rompió barreras desde su infancia al superar una tartamudez que lo atormentó. “Nunca imaginé que mi voz me llevaría tan lejos”, expresó alguna vez. Sin embargo, esa voz, que tanto respetamos y temimos, fue la que lo catapultó a la fama mundial, aunque el actor nunca ganó una fortuna por ello. Increíblemente, recibió solo 9 mil dólares por prestar su voz al villano intergaláctico en la primera entrega de «Star Wars». “No fue el gran negocio que todos piensan, pero amé formar parte de ese mito”, confesó Jones en una entrevista.
A pesar de su conexión con Darth Vader, Jones era un artista de teatro consagrado, ganando premios Tony por su actuación en «The Great White Hope» y «Fences». Además, su talento fue reconocido con Emmys y un Grammy, aunque curiosamente, nunca ganó un Oscar competitivo. En 2011, recibió un merecido Oscar honorífico por su contribución al cine, cerrando un ciclo de una carrera repleta de reconocimientos.
Jones nunca buscó estar en el centro de atención. Incluso en su icónico rol como Vader, ni siquiera pidió aparecer en los créditos de las primeras dos películas de «Star Wars». “Era solo un trabajo de efectos especiales”, decía con humildad. Sin embargo, para los fanáticos, su voz se convirtió en la esencia del personaje. “Me encanta que me pidan decir ‘Yo soy tu padre’. Es un placer hacer sonreír a la gente”, decía con una sonrisa.
El legado de James Earl Jones trasciende generaciones y su voz, que nos hizo sentir tanto miedo como consuelo, seguirá resonando en la memoria colectiva. Con su partida, no solo se apaga una voz, sino que se cierra un capítulo invaluable en la historia del cine y del corazón de millones que crecieron escuchando a un sabio león y a un temido villano.