Con profundo respeto y solemnidad, la Secretaría de la Defensa Nacional confirmó el fallecimiento del sargento César Maximiliano Gutiérrez Marín, último integrante con vida del histórico Escuadrón 201. Su partida, a los 100 años, marca el fin de una generación de combatientes mexicanos que escribieron su nombre en las páginas más trascendentes de la historia militar nacional.
Nacido el 12 de octubre de 1924 en Hermosillo, Sonora, Gutiérrez Marín ingresó a la Escuela Militar como primer sargento de Transmisiones, cuando el país se preparaba para asumir un papel en el conflicto global que sacudía al planeta. Formó parte de la Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, asignado al legendario Escuadrón Aéreo 201, unidad que representó a México en la Segunda Guerra Mundial y que fue desplegada en el Teatro de Operaciones del Pacífico.
En 1945, el Escuadrón 201 participó activamente en 53 misiones de combate en Luzón, Filipinas, durante una de las fases más intensas de la contienda contra Japón. Gutiérrez Marín fue testigo directo del fragor bélico, enfrentando junto a sus compañeros a las potencias del Eje: Alemania, Italia y Japón, como parte de una coalición aliada que luchaba por restablecer el equilibrio mundial.
Por su destacada labor, el gobierno mexicano le otorgó la medalla «Servicio en el Lejano Oriente» el 20 de noviembre de 1945, reconociendo su entrega y valentía al haber cumplido con honor la misión encomendada. Después de décadas de servicio, fue dado de baja del activo el 31 de marzo de 1970, pero su legado jamás se apartó del corazón de las Fuerzas Armadas.
El Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional emitieron un mensaje conjunto expresando su duelo: “Deseamos un eterno descanso a este héroe militar que sirvió a la Patria con honor y lealtad”. La institución destacó que el ejemplo del sargento Gutiérrez Marín permanecerá vivo como símbolo de entrega, espíritu de cuerpo y amor por la patria.
Durante este difícil momento, la Secretaría de la Defensa Nacional acompaña a su familia, brindando todo el apoyo necesario, así como los beneficios que por ley corresponden a los familiares de un sobreviviente del Escuadrón 201.
El ciclo se cierra con la partida de César Gutiérrez, pero la memoria se extiende. Su nombre permanece entre los pilares de una historia que trasciende generaciones, una que inspira a quienes hoy portan el uniforme y a quienes lo portarán mañana.