Medioambientalistas que han estado monitoreando de cerca la construcción de los últimos tramos del Tren Maya han informado sobre actividades que están teniendo un impacto negativo en el medio ambiente, a menos de un mes para la finalización de la obra antes de la inauguración de la ruta completa.
El movimiento SOS Cenotes y Sélvame del Tren ha denunciado la última actividad preocupante, que muestra cómo un «río» de cemento está inundando un sistema de cuevas subterráneas. A través de videos compartidos en redes sociales por Pepe Urbina y Roberto Padilla, se ha evidenciado el vertido de material en el sistema Garra del Jaguar, descubierto recientemente en 2012. Este sistema alberga pozas formadas por la filtración de agua desde el suelo de la selva y es hogar de especies endémicas, así como de fósiles.
Según Urbina, «El trazo del Tren Maya prácticamente parte en dos el sistema de cuevas Garra del Jaguar y actualmente está generando mucho impacto dentro del mismo, además de fragmentar los corredores biológicos de especies importantes como el jaguar, ya se comienza la contaminación del acuífero». Esta no es la primera vez que se advierte sobre el daño a este ecosistema subterráneo.
En 2022, un juzgado de Distrito en Yucatán otorgó una suspensión definitiva a las obras del Tramo 5 sur del Tren Maya, que afectaban la cueva, pero la construcción continuó en 2023 y 2024. Esta es la segunda denuncia en menos de un mes.
El 21 de enero, las asociaciones mostraron imágenes de perforaciones en el sistema de cuevas Aktun T’uyul para instalar pilotes de acero y concreto, lo que podría resultar en la contaminación del acuífero en el futuro, ya que estos pilotes no están recubiertos y podrían corroerse.