Una desbandada de migrantes de diferentes nacionalidades que se encontraban a la espera en Matamoros, Tamaulipas, decidieron cruzar el río Bravo, desesperados porque las autoridades estadounidenses no les han otorgado una cita para buscar el asilo.
El martes se volvió a repetir en el que cientos de personas, entre mujeres, hombres, niños y bebés se metieron al agua con el fin de llegar a la frontera sur de Texas. La mayoría cargó solo con lo que traían puesto.
Para poder lograrlo usaron inflables, salvavidas, lianas, algunos de plano sin ninguna protección. Poco les importó si personal de la Guardia Nacional o del Instituto Nacional de Migración estaban presentes.
La desbandada comenzó a registrarse desde el jueves 20 de abril y es que la noche del miércoles cientos de migrantes se parapetaron en el puente y sostuvieron un roce con guardias de seguridad del cruce y con oficiales de la Guardia Nacional a los que les exigían que los dejaran pasar debido a que un grupo armado les quemó sus casas de campaña.
El puente se cerró y se abrió hasta las 6 de la mañana del mismo jueves pero para el mediodía muchos de los solicitantes de asilo comenzaron a cruzar de manera ilegal por las aguas del río.
De acuerdo a información de las autoridades la mayoría de los que se atrevieron son de origen venezolano. Al parecer el motivo que los obliga es la falta de una cita para solicitar el asilo.
Juan Jose Rodriguez Alvarado, titular del Instituto Tamaulipeco para el migrante dijo a medios locales de Matamoros que desde hace dos meses el municipio comenzó a tener un alto flujo migratorio después de que se corrió el rumor infundado de que por esta ciudad los trámites son más rápidos.
Estimo que la ciudad cuenta con unos 5 mil extranjeros, en el que predominaban gente de Haití pero durante estos dos meses los rebasó la nacionalidad venezolana.