El pasado resurge en las tierras campechanas de las antiguas ciudades mayas en México, gracias a un hallazgo arqueológico sin precedentes realizado durante la construcción del Tramo 2 del Tren Maya.
Un equipo de arqueólogos ha revelado un descubrimiento crucial que ofrece una nueva perspectiva sobre la historia nacional. «Este hallazgo no es solo una excavación más; es una ventana al pasado que cambiará nuestra comprensión de la historia», comentó Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en la reciente conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Entre los descubrimientos sobresale un leguario, un monumento de mampostería que antiguamente señalaba las distancias en las rutas, lo que ha reavivado el interés en las antiguas vías que marcaron la historia de México. Los arqueólogos han trabajado diligentemente en esta región, desenterrando no solo el Camino Real, sino también los restos del primer ferrocarril de vapor del país, una infraestructura crucial durante el mandato de Porfirio Díaz, vinculada a las haciendas henequeneras del norte de Campeche.
Prieto destacó que el INAH, junto con otras entidades, ha jugado un papel clave en la conservación del patrimonio cultural. Utilizando tecnología LiDAR, los arqueólogos han escaneado más de 11,770 hectáreas, revelando estructuras ocultas bajo la vegetación. Han documentado 235.4 kilómetros de la ruta ferroviaria y trabajado en 1,032 monumentos inmuebles. Estos hallazgos han puesto en evidencia el valor histórico de la región.
El rescate de estos materiales no solo enriquecerá la historia, sino que también promete transformar el turismo cultural en México. El Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) ha restaurado sitios como Edzná y Xcalumkín, creando nuevas áreas para el público y recientemente inaugurando el Museo de Sitio de Edzná. Estos esfuerzos permiten a los visitantes sumergirse en la rica historia de las civilizaciones mayas.
El descubrimiento del Camino Real y otros hallazgos podrían atraer a turistas interesados en la cultura y la historia, ofreciendo una alternativa auténtica en un mundo globalizado. Con cada excavación, México no solo celebra su pasado, sino que también establece nuevas formas de conectar a las personas con su herencia cultural. A medida que avanza el Tren Maya, su ruta no solo conectará regiones, sino también a las personas con su historia, resaltando el compromiso de conservar y honrar el rico legado del país.