En el corazón del Vaticano, un encuentro cargado de simbolismo y diplomacia marca una posible ruta hacia la distensión en zonas de conflicto. El Papa León XIV recibió al vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, en una audiencia de 45 minutos, reforzando el papel de la Santa Sede como un actor dispuesto a facilitar conversaciones de paz, en especial en contextos complejos como el conflicto ucraniano.
El pontífice, de nacionalidad estadounidense y también con ciudadanía peruana, ya había ofrecido públicamente el Vaticano como un lugar neutral para llevar a cabo negociaciones entre Kiev y Moscú. La visita de Vance tuvo lugar justo después del encuentro del Papa con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, consolidando una intensa agenda diplomática de alto nivel.
Durante las conversaciones, el Papa y Vance intercambiaron opiniones sobre cuestiones internacionales actuales, manifestando un claro deseo compartido: que se respeten los principios del derecho internacional y humanitario en todos los escenarios de conflicto y que se logren soluciones negociadas entre las partes implicadas. Esta posición fue confirmada en un comunicado oficial del Vaticano.
En el marco de este encuentro, también destacó un gesto curioso pero simbólico: Vance obsequió al Papa una camiseta del equipo de fútbol americano Chicago Bears. Un detalle informal que humanizó la audiencia sin restarle profundidad a la relevancia política y espiritual del momento.
Acompañado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, también de fe católica, Vance asistió con su esposa a la reunión celebrada en la biblioteca del palacio pontificio, espacio reservado para encuentros con jefes de gobierno. Las imágenes difundidas muestran un ambiente distendido, con sonrisas que contrastan con el trasfondo serio del contexto internacional.
Posteriormente, Vance sostuvo otra reunión con el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Richard Gallagher, consolidando así una jornada intensa de contactos bilaterales. Por su parte, Marco Rubio ya había tenido su propia audiencia previa con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
Estas reuniones tienen lugar justo cuando Ucrania y Rusia han retomado negociaciones directas en Estambul, las primeras desde 2022, en un intento por frenar la violencia con un posible alto al fuego. La Santa Sede, con su propuesta de neutralidad y compromiso humanitario, sigue posicionándose como un espacio viable para el diálogo internacional.
León XIV, con un enfoque abierto al entendimiento y la reconciliación, continúa sumando voluntades en una coyuntura internacional marcada por la tensión, pero también por discretas señales de apertura diplomática.