La tensión entre Ecuador y México alcanza un nuevo punto crítico con la presentación de una demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El Gobierno ecuatoriano, liderado por Daniel Noboa, acusa a México de interferir en sus asuntos internos al otorgar asilo al exvicepresidente Jorge Glas, quien enfrentaba condenas por corrupción en su país. Este movimiento legal marca un hito en el conflicto diplomático que ha escalado desde el incidente en la embajada mexicana en Quito.
La demanda, presentada por la Cancillería ecuatoriana, busca que la CIJ declare que México ha incumplido sus obligaciones en materia de derecho internacional al interferir en los asuntos internos de Ecuador y al violar los principios de igualdad soberana, integridad territorial y no intervención. Además, se solicita una evaluación sobre las declaraciones del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, respecto a las elecciones ecuatorianas de 2023, las cuales fueron consideradas como injerencia por parte del Gobierno ecuatoriano.
El conflicto inició cuando Ecuador ordenó el asalto a la embajada mexicana en Quito para llevarse a Glas, quien se encontraba refugiado en el lugar. Este episodio desencadenó una serie de condenas internacionales y provocó una respuesta legal por parte de México, que presentó una demanda ante la CIJ por la violación de la inviolabilidad de la misión diplomática.
La situación se ha agravado con acusaciones cruzadas entre ambos países. Ecuador sostiene que México no coopera en asuntos anticorrupción, mientras que México defiende su derecho a otorgar asilo político y denuncia una serie de actos de intimidación y hostigamiento por parte de las autoridades ecuatorianas.
Jorge Glas, actualmente detenido en Ecuador, ha solicitado ayuda a varios líderes políticos, incluyendo a López Obrador, Gustavo Petro de Colombia y Lula da Silva de Brasil. Considera su situación como un caso de lawfare y acusa a Ecuador de injerencia en su proceso legal.
El enfrentamiento entre ambos países ha llevado el conflicto a las instancias internacionales, donde se espera que la CIJ dirima las diferencias y emita un fallo que pueda poner fin a esta disputa diplomática. Mientras tanto, la situación de Glas sigue siendo incierta, encarcelado en una prisión de máxima seguridad en Guayaquil y buscando apoyo internacional para su causa.
Este caso representa un desafío para las relaciones diplomáticas entre Ecuador y México, así como un recordatorio de la importancia del respeto al derecho internacional y los principios de no intervención en los asuntos internos de otros países. La decisión de la CIJ será crucial para establecer un precedente en este conflicto y sentar las bases para futuras relaciones entre ambas naciones.