El papa Francisco ha vuelto a sorprender al mundo al nombrar 21 nuevos cardenales, y entre ellos, al más mayor en la historia del Colegio Cardenalicio, el monseñor Angelo Acerbi, con 99 años. Este movimiento consolida la influencia de Francisco en la Iglesia, marcando el futuro del cónclave que elegirá a su sucesor.
El consistorio, donde los nuevos cardenales recibirán el tradicional sombrero rojo, se llevará a cabo el 8 de diciembre, fecha que marca el inicio de las festividades navideñas en Roma. Esta será la décima vez que el Papa latinoamericano preside esta ceremonia, destacando su visión de una Iglesia más diversa y global. «El papa Francisco está ampliando el panorama de la Iglesia, y eso es algo que no habíamos visto antes», comenta el teólogo italiano Giovanni Rossi.
Entre los nuevos cardenales figuran líderes clave de América Latina, una región cercana al corazón del Papa. Desde Argentina, el arzobispo Vicente Bokalic Iglic, hasta Perú, con el arzobispo Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, estos nombramientos refuerzan la presencia latinoamericana en la cúspide del Vaticano. El monseñor Acerbi, a pesar de su avanzada edad, tiene una historia de vida sorprendente. Fue rehén de guerrilleros en Colombia durante seis semanas, pero salió ileso. «Es un testimonio de fortaleza y fe», afirmó un portavoz de la Iglesia.
Pero no todo se trata de edad. El obispo más joven, Mykola Bychok, de 44 años y jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana en Australia, también ha sido nombrado cardenal, reflejando la atención de Francisco a la guerra en Ucrania. «Es un gesto claro de apoyo a nuestra lucha», afirmó el obispo Bychok.
Con estos nombramientos, el Papa ha consolidado aún más su influencia en el Colegio Cardenalicio. De los cardenales menores de 80 años, aquellos que pueden votar en el cónclave, la gran mayoría han sido designados por Francisco. Esto garantiza que, cuando llegue el momento de elegir a su sucesor, el Papa habrá dejado una marca indeleble. El futuro de la Iglesia Católica está en sus manos, y la diversidad y fortaleza de sus nuevos cardenales son una muestra de ello.