Tres ciudades estratégicas en Irán —Fordo, Natanz e Isfahán— fueron blanco de una operación aérea anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien confirmó que instalaciones clave para el enriquecimiento de uranio fueron destruidas por completo. La acción militar fue difundida inicialmente a través de la red social Truth Social y más tarde ampliada en un breve mensaje a la nación.
“Las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán han sido total y completamente destruidas”, declaró Trump. Horas antes, aviones B-2 estadounidenses habían ejecutado los bombardeos que, según el mandatario, lograron frenar la principal amenaza nuclear del país que consideró “el mayor patrocinador del terrorismo en el mundo”.
La intervención se dio en un contexto de escalada en Medio Oriente, sumándose a los ataques que Israel lanzó recientemente sobre territorio iraní. Trump subrayó el vínculo con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, calificando su colaboración como “una alianza sin precedentes en la historia”. El mensaje también incluyó un reconocimiento explícito a las fuerzas armadas estadounidenses, cuyo desempeño describió como “único en el mundo”.
“Trabajamos en equipo como probablemente ningún otro equipo ha trabajado antes”, sostuvo, mientras aseguraba que el objetivo de la operación conjunta era “eliminar una amenaza horrible a Israel”.
Durante el discurso, también advirtió sobre la posibilidad de futuras acciones militares. Según sus palabras, si Irán no se acerca a un acuerdo de paz, los siguientes ataques serán “más fáciles y mucho más contundentes”.
“Recuerden, quedan muchos objetivos”, señaló, dejando abierta la puerta a nuevas ofensivas. “Pero si la paz no llega pronto, atacaremos esos otros objetivos con precisión y rapidez.”
La operación ha sido descrita por Trump como un “éxito militar espectacular”, mientras que el tono general del mensaje deja claro que la estrategia actual está lejos de haber terminado. La ofensiva no solo destruyó infraestructura crítica iraní, sino que también marcó un nuevo episodio en la tensión geopolítica entre Teherán, Washington y Tel Aviv.
El mensaje final fue categórico: “Habrá paz o tragedia para Irán, una tragedia más grande que la que hemos visto los últimos ocho días”, dijo Trump, en referencia directa a los recientes ataques israelíes y al papel cada vez más protagónico de Estados Unidos en la región.
La comunidad internacional mantiene la atención sobre los próximos movimientos en el conflicto, ante la posibilidad de una nueva escalada o un eventual intento de negociación.