Especialistas del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM han emitido un llamado de alerta sobre las preocupantes tendencias del calentamiento global y sus efectos previsibles para el año 2024.
Según los investigadores, el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano está alcanzando niveles alarmantes en la atmósfera, generando un desequilibrio en el sistema climático global, conocido como «forzamiento radiativo». Este desequilibrio ha resultado en un aumento constante de la temperatura promedio global, atribuido principalmente a las actividades humanas desde la revolución industrial.
En el contexto mexicano, la situación no es menos preocupante. La temperatura anual del aire en México ha aumentado en 1.69 °Celsius desde principios del siglo XX, superando el promedio global. Este aumento se ha manifestado de manera desigual en todo el país, con regiones como el norte y sureste experimentando incrementos más pronunciados.
Además del aumento de temperatura, los cambios en los patrones de precipitación son motivo de inquietud. Mientras que se registra un aumento promedio en la precipitación en el centro y sur del país, en el norte se observa una disminución, planteando desafíos significativos en términos de gestión del agua y seguridad alimentaria.
Proyecciones realizadas por expertos, basadas en modelos climáticos avanzados, sugieren un futuro más seco para la Ciudad de México, con una disminución estimada del 25% en las precipitaciones para el año 2100. Estas proyecciones resaltan la urgencia de acciones para mitigar los efectos del cambio climático en la vida cotidiana de millones de personas.
A pesar de la evidencia científica contundente, la integración del cambio climático en las agendas políticas sigue siendo insuficiente, señala Carlos Gay García, responsable del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la UNAM. La falta de intersección entre la ciencia y la política en el abordaje de este problema representa un obstáculo para la implementación de medidas efectivas.
En este contexto, la temperatura continúa siendo un indicador clave para comprender los impactos del cambio climático, como lo demuestra la disminución reciente en la precipitación en México, lo que subraya los desafíos que enfrenta el país en materia de adaptación y resiliencia climática.