Luego de más de 40 horas de caos vehicular y tensión social en Ecatepec, el bloqueo carretero que paralizó varios puntos estratégicos del municipio mexiquense finalmente llegó a su fin. La paciencia de los automovilistas y habitantes se puso a prueba, pero el esfuerzo de los trabajadores municipales del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Ecatepec (Sapase) dio frutos: se logró un acuerdo con las autoridades para el pago de los salarios adeudados.
La presión ejercida por el Sindicato Único de Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones Descentralizadas del Estado de México (SUTEYM), encabezado por César Montoya, obligó a que se instalara una mesa de trabajo con funcionarios estatales. Ahí se pactó que los trabajadores recibirán el pago de las dos quincenas de diciembre, el aguinaldo y la prima vacacional que les debía Sapase. “Sabemos que el pago no será inmediato, pero tenemos la garantía de que se realizará los días 23 y 24 de diciembre. Este acuerdo se logró con el gobierno estatal, no con las autoridades municipales”, declaró Montoya, dejando en claro el alcance de las negociaciones.
La manifestación, que comenzó a las 6:00 a.m. del pasado 18 de diciembre, afectó vías clave como la autopista Texcoco-Lechería, Vía Morelos y la Avenida Central. También se paralizó el servicio del Mexibús en sus líneas 2 y 4, obligando a miles de usuarios a caminar largos tramos o buscar rutas alternativas.
Sin embargo, lo que empezó como una protesta pacífica comenzó a tornarse peligroso. Los trabajadores reportaron amenazas y la presencia de grupos de choque dispuestos a confrontarlos. Ante el riesgo de violencia, los manifestantes decidieron retirarse una vez alcanzado el acuerdo. “No podíamos arriesgar más a nuestros compañeros. Fue una decisión responsable”, afirmaron los sindicalizados al levantar los bloqueos.
Con la promesa de un pago justo, Ecatepec retoma su ritmo habitual. La situación, no obstante, deja un recordatorio claro: los derechos laborales y el bienestar de los trabajadores no pueden seguir siendo relegados. La voz de los trabajadores fue escuchada, y esta vez, lograron su cometido.