Una caravana de miles de migrantes que avanza por Chiapas ha tomado la principal aduana del sur de México, el Centro de Atención Integral al Tránsito Fronterizo (Caift), en un intento de presionar a las autoridades migratorias para que les otorguen permisos de tránsito por el país.
Tras varios días de acampada en Huixtla, alrededor de tres mil migrantes bloquearon los cuatro canales de la autopista federal, afectando el tráfico de cientos de vehículos que buscaban llegar a la frontera con Guatemala o adentrarse en territorio mexicano.
Aunque la aduana permanece custodiada por agentes de la Guardia Nacional con equipos antimotines, no se ha realizado ningún intento de desalojo del grupo.
El activista Irineo Mújica, de la organización Pueblo Sin Fronteras, lamentó la falta de facilidades por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) para la obtención de permisos de tránsito, justificando el bloqueo como una medida necesaria para enfrentar la amenaza del crimen organizado.
Entre los migrantes, la desesperación es evidente. Herson Fernández, un hondureño que viaja con su esposa y tres hijos, expresó que están buscando un mejor futuro en Estados Unidos y admitió que ya no cuentan con dinero.
Aunque la caravana inicialmente contaba con alrededor de cinco mil personas, la falta de respuesta de las autoridades llevó a unos dos mil extranjeros a abandonar el grupo y continuar el recorrido por cuenta propia.
La situación se suma a la creciente ola migratoria en la frontera sur de México, con 127 mil solicitudes de refugio registradas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados solo en octubre.
Esta cifra se acerca al récord de 129 mil peticiones registrado en 2021, lo que destaca la urgencia de abordar las complejas dinámicas migratorias en la región.