El Gobierno de México se prepara para transformar el panorama económico y social del país con una inversión histórica de 24,396 millones de dólares. Este ambicioso esfuerzo forma parte del Plan México, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo objetivo principal es posicionar a México entre las 10 economías más importantes del mundo.
Con una estrategia que combina innovación, sustentabilidad y desarrollo industrial, se destinarán 13,600 millones de dólares para construir nuevas centrales eléctricas y 23,400 millones de dólares para generación, transmisión y distribución de energía en todo el territorio. Un dato clave es que el 45% de la capacidad energética del país se enfocará en fuentes renovables, marcando un hito en la transición hacia una economía más verde y sostenible.
Por otro lado, la inversión en agua será crucial, con 20 mil millones de pesos dirigidos a proyectos como el saneamiento de los ríos Lerma-Santiago, Atoyac y Tula, además de la tecnificación de 200 mil hectáreas de riego. Estas acciones buscan no solo garantizar el acceso al agua como un derecho humano, sino también elevar la productividad de pequeños agricultores, según el director del Consejo Nacional Agropecuario, Luis Fernando Haro.
El impacto del Plan México va más allá de energía y agua. Con 3 mil kilómetros de vías renovadas para transporte, la creación de 150 mil técnicos y profesionistas al año y la atracción de 100 mil millones de dólares en inversión extranjera anuales, el país se perfila como un actor clave en industrias estratégicas como automotriz, semiconductores y aeroespacial.
La meta es ambiciosa: generar 1.5 millones de empleos adicionales, garantizar que el 50% de la proveeduría en sectores como textiles, calzado y juguetes sea nacional, y posicionar a México como líder en cadenas globales. Este plan no solo es un llamado a la transformación económica, sino una apuesta por el futuro de millones de mexicanos, quienes serán protagonistas de un país más fuerte, competitivo y sustentable.