Estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa arrojaron decenas de explosivos y derribaron una parte de la barda perimetral del 27 Batallón de Infantería en Iguala, Guerrero. Este acto fue parte del tercer día de protestas en demanda de justicia por la desaparición de 43 normalistas.
Padres y madres de los estudiantes desaparecidos llegaron en 19 autobuses para llevar a cabo un mitin cerca de la base militar. Emiliano Navarrete, padre del desaparecido José Ángel Navarrete, criticó que, a casi diez años de los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre, las investigaciones permanecen sin avances significativos.
Navarrete también recordó la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de esclarecer el caso, aunque señaló que, a días del final de su mandato, aún no se han entregado “los 800 folios en poder del Ejército Mexicano que revelarían dónde están nuestros hijos”.
El padre también apuntó que el Gobierno Federal y el Estado son responsables de la desaparición, mencionando cómo el General Cienfuegos negó la participación de los soldados en el caso. Durante la protesta, desde el interior del batallón se escuchó un mensaje en apoyo al movimiento y con disposición al diálogo.
Al terminar el mitin, los manifestantes se replegaron. Un grupo de jóvenes impactó una camioneta de la empresa La Costeña contra el muro de contención del batallón y lanzaron petardos al interior. De forma preliminar, se informó que los explosivos dañaron el transformador de energía, dejando la zona sin electricidad.