El Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, se ha convertido en el epicentro de una investigación de alto impacto. La Fiscalía General de la República (FGR) permitió este jueves el ingreso de medios de comunicación al predio, tras las denuncias del colectivo Guerreros Buscadores, que señaló la existencia de hornos para la incineración de personas. En este lugar fueron halladas al menos 1,300 pertenencias, incluyendo prendas, maletas y objetos de valor.
El acceso al predio estuvo marcado por tensiones. Un grupo de madres buscadoras, frustradas por los retrasos y la falta de organización, derribó el cerco de seguridad para ingresar. La desesperación y el cansancio marcaron su recorrido, pues al llegar no encontraron los objetos reportados previamente. “Es una burla, no hay nada”, lamentó Ana Rosa Vázquez, quien busca a su hijo desde hace 20 años.
Durante la visita, las autoridades delimitaron varias zonas con cintas amarillas y banderines rojos, indicando puntos clave de la investigación. Entre estos, una bodega, un baño y diversos pozos. Los reporteros solo pudieron recorrer caminos establecidos, mientras que agentes de la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas supervisaban cada movimiento.
Desde el 6 de marzo, Guerreros Buscadores informó sobre el hallazgo de ropa, mochilas y pertenencias en el rancho, aunque al momento del recorrido estos objetos ya no estaban a la vista. La Fiscalía de Jalisco confirmó que 1,300 artículos, entre ellos 154 pares de zapatos, fueron documentados y puestos a disposición de la FGR. Fotografías de los hallazgos se encuentran disponibles en línea para consulta pública.
El rancho, según el colectivo, no solo funcionaba como un presunto “campo de exterminio”, sino también como un centro de adiestramiento del Cártel Jalisco Nueva Generación, donde nuevos reclutas eran atraídos con falsas promesas de trabajo.
En conferencia de prensa, el fiscal Alejandro Gertz Manero acusó a las autoridades estatales de omisiones en la investigación, asegurando que sí se encontraron restos humanos y que el proceso local no se realizó de manera completa. La Fiscalía de Jalisco, por su parte, insistió en que ya entregó toda la información a la FGR para el esclarecimiento del caso. Las dudas persisten y la indignación crece. Mientras las madres buscadoras exigen respuestas, el rancho Izaguirre sigue envuelto en el misterio.