En una movida estratégica, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha nominado a Brooke L. Rollins como la próxima secretaria de Agricultura. Con raíces en una comunidad rural de Texas y un extenso historial en políticas públicas, Rollins asumirá, si es confirmada por el Senado, el liderazgo de un Departamento crucial para la economía y el comercio estadounidenses. “Brooke Rollins es una patriota leal y una defensora incansable de nuestras políticas America First. Los agricultores estadounidenses estarán en excelentes manos”, declaró Trump en un comunicado oficial.
A sus 52 años, Rollins enfrentará el desafío de dirigir un Departamento que cuenta con 100,000 empleados y abarca 29 agencias y oficinas encargadas de una amplia gama de funciones, desde la seguridad alimentaria hasta el comercio agrícola internacional. Su experiencia como directora del America First Policy Institute y en diversos puestos estratégicos durante la administración Trump la posiciona como una figura clave para ejecutar una visión que prioriza los intereses nacionales.
Entre sus responsabilidades más apremiantes estará la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un tema que podría redefinir el panorama agrícola de América del Norte. Trump ha prometido imponer aranceles a ciertos productos agrícolas, lo que pone en el centro de atención la capacidad de Rollins para equilibrar intereses internos con compromisos internacionales.
Rollins no es nueva en los pasillos del poder. Durante el primer mandato de Trump, ocupó puestos destacados como directora de la Oficina de Innovación Estadounidense y asistente del Presidente para Iniciativas Estratégicas. En estas posiciones, participó en la elaboración de políticas transformadoras que, según el presidente electo, “dieron forma a nuestra agenda nacional”. Además, Rollins será apenas la segunda mujer en liderar el USDA, siguiendo los pasos de Ann Veneman, quien ocupó el cargo durante la presidencia de George W. Bush.
El impacto de Rollins en el sector agrícola podría ser significativo, especialmente al considerar el enfoque proteccionista del nuevo gobierno. “Proteger a nuestros agricultores es proteger a Estados Unidos. Ellos son la columna vertebral de nuestra nación”, enfatizó Trump al anunciar su nominación. La confirmación de Rollins por el Senado será una prueba tanto para la política interna como para las relaciones comerciales de Estados Unidos en un momento crucial. El sector agrícola y sus millones de trabajadores estarán atentos al liderazgo de una texana que promete impulsar la innovación y fortalecer las raíces rurales del país.