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La marcha 47 del Orgullo convierte Reforma en un grito de libertad pintada de arcoiris

La marcha 47 del Orgullo convierte Reforma en un grito de libertad pintada de arcoiris

Miles de personas se congregaron en el Paseo de la Reforma para conmemorar la edición número 47 de la Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ en la Ciudad de México. Carros alegóricos, música, consignas políticas y un ambiente de diversidad marcaron el paso de los contingentes durante una jornada en la que la protesta y la celebración compartieron espacio.

El clima lluvioso de semanas previas dio tregua y permitió que familias, amistades, parejas y asistentes individuales recorrieran la emblemática avenida. En distintos puntos del trayecto, pancartas y cartulinas recordaban el motivo central de la marcha. “El orgullo es protesta, es memoria y es amor”, se leía entre la multitud. A lo largo del recorrido también se expresaron posturas críticas, como la que señalaba: “Empoderar al ejército no es muy LGBTI-friendly de tu parte, Sheinbaum”.

La presidenta Claudia Sheinbaum, desde sus redes sociales, compartió un mensaje en el que subrayó que el Día Internacional del Orgullo LGBTTTIQ+ representa libertad y reiteró que su gobierno promueve “respeto, reconocimiento e inclusión para todas y todos”. En su publicación añadió: “Juntos avanzamos hacia un país con más derechos”.

Esta conmemoración se enmarca en una tradición internacional que recuerda los disturbios de Stonewall, ocurridos en 1969 en Nueva York, los cuales detonaron el movimiento de liberación homosexual. La Ciudad de México celebró su primera marcha en 1979, y desde entonces se ha mantenido como un referente de visibilidad y lucha por los derechos LGBTTTIQ+ en América Latina.

El trayecto vibró con sonidos diversos: desde pop en inglés y reguetón, hasta música regional oaxaqueña que acompañó al contingente muxe. Del otro lado de Reforma, comerciantes aprovecharon la concentración para vender productos alusivos al orgullo, bebidas y alimentos. Durante el evento, los asistentes compartieron experiencias y testimonios para alzar la voz: “protestar, divertirse y conocer”.

Al llegar al Zócalo, los contingentes concluyeron su marcha formal, pero la celebración continuó. En cada esquina surgían puntos de reunión improvisados con DJs, sonideros y bailarines. Parejas homosexuales y heterosexuales se mezclaban en una pista improvisada al ritmo de Los Ángeles Azules, mientras la noche caía sobre una ciudad que, al menos por un día, se sintió más libre, más suya, más viva.

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