Jeanine Pirro, exfigura prominente de Fox News y conocida por su cercanía con el presidente Donald Trump, fue confirmada el pasado sábado como nueva fiscal federal del Distrito de Columbia, en una votación del Senado de Estados Unidos que arrojó 50 votos a favor y 45 en contra.
La designación se da tras una serie de movimientos políticos encabezados por Trump, quien primero la nombró fiscal interina en mayo a través de su red Truth Social y, semanas más tarde, formalizó su nominación para ocupar el cargo de manera permanente. La confirmación de Pirro marca una nueva etapa en su carrera pública, luego de una larga trayectoria como fiscal adjunta, jueza y fiscal de distrito en el condado de Westchester, Nueva York.
Antes de su regreso al ámbito judicial, Pirro fue copresentadora del programa The Five en Fox News, cadena de la que se despidió de forma inmediata tras el anuncio de su nueva función. Su paso por los medios no estuvo exento de controversia: fue una de las voces señaladas en una demanda legal por difundir información falsa sobre el proceso electoral de 2020, donde se cuestionó la validez del escrutinio presidencial. Como resultado del litigio, Fox News debió llegar a un acuerdo extrajudicial y reconocer la falsedad de las declaraciones emitidas tanto por Pirro como por otros presentadores.
La nominación de Pirro se concretó luego de que Trump retirara la candidatura inicial del fiscal interino Ed Martin, presionado por miembros republicanos del propio Senado, quienes mostraron reservas sobre su perfil para liderar la fiscalía del distrito más sensible políticamente del país.
La historia de Jeanine Pirro también ha estado vinculada de forma indirecta a los escándalos judiciales de su entorno. En 2021, Trump otorgó un indulto presidencial a su exesposo, Albert J. Pirro, condenado en el año 2000 por conspiración y evasión fiscal, luego de haberse desempeñado como abogado del mismo Trump.
Con esta confirmación, Pirro regresa al sistema judicial desde una de las posiciones más visibles del país, en el centro del poder político estadounidense y con la tarea de encabezar investigaciones clave dentro de la capital. Su nombramiento consolida la estrategia del expresidente de ubicar figuras leales en puestos estratégicos en caso de un eventual regreso a la Casa Blanca.