El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) reconoció al gobierno de México por su destacada labor en la protección y atención de personas refugiadas y desplazadas, subrayando su compromiso con una política humanista y solidaria. El reconocimiento fue comunicado a través de una carta oficial firmada por Filippo Grandi, Alto Comisionado del organismo internacional, dirigida al canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) compartió la misiva el sábado a través de sus redes sociales, destacando el mensaje como un respaldo a la actual estrategia nacional en materia migratoria. ACNUR felicitó expresamente al gobierno mexicano por su liderazgo regional en la promoción de soluciones duraderas para las personas en situación de desplazamiento forzado.
En el documento, Grandi valoró positivamente la protección efectiva que el Estado mexicano ha brindado a los refugiados, así como las acciones concretas impulsadas para fortalecer una política humanitaria que coloca en el centro la dignidad de quienes migran por necesidad.
El reconocimiento también subrayó la participación activa de México en diversas iniciativas regionales sobre migración y refugio. Para el organismo de Naciones Unidas, estas acciones reflejan una política de Estado sustentada en principios de solidaridad y responsabilidad compartida, lo cual ha posicionado al país como un referente en el manejo integral del fenómeno migratorio en América Latina.
En línea con esta política, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha insistido en que los procesos migratorios deben respetar la dignidad humana y atender no solo las consecuencias, sino también las causas estructurales que obligan a miles de personas a abandonar sus países. Entre estas causas, ha señalado la falta de empleo, la inseguridad y la violencia que persiste en distintas regiones del continente.
México, a través de su política exterior y su colaboración con organismos multilaterales, ha impulsado propuestas que buscan no solo gestionar los flujos migratorios, sino también generar condiciones para el desarrollo y la estabilidad en las comunidades de origen. Estas acciones han contribuido al reconocimiento del país como un actor comprometido con los derechos humanos y la cooperación internacional.
El respaldo de ACNUR llega en un contexto en el que la migración continúa siendo uno de los principales retos regionales, y refuerza el papel de México como un país que, más allá de ser tránsito, ha decidido asumir la responsabilidad de proteger y ofrecer alternativas a quienes buscan refugio.