El exsecretario de Seguridad en el gobierno de Adán Augusto, Hernán Bermúdez Requena, se encuentra actualmente recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, mejor conocido como El Altiplano, en el Estado de México. Este penal, ubicado en el municipio de Almoloya de Juárez, es reconocido como la prisión de máxima seguridad más importante del país y ha albergado a los delincuentes más peligrosos de México.
El Altiplano es famoso por haber recibido a personajes como Rafael Caro Quintero, cofundador del extinto Cártel de Guadalajara; Amado Carrillo Fuentes, “El señor de los cielos”; y Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa. Hoy, Bermúdez Requena comparte este espacio con internos de alto perfil, entre ellos “Don Rodo”, hermano del fundador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), organización vinculada a “La Barredora”. De acuerdo con las acusaciones, Bermúdez es señalado como líder de esta facción en Tabasco.
La prisión es considerada por las autoridades como la de mayor seguridad del país. Su infraestructura cuenta con altos y gruesos muros, cámaras de videovigilancia prácticamente en todas las áreas y un sistema especializado que bloquea las señales de teléfonos celulares. Estas medidas buscan evitar fugas, comunicaciones externas no autorizadas y cualquier intento de corrupción interna.
Las celdas del Cefereso número 1 son austeras y funcionales. Cada espacio está equipado con una cama, un escritorio pequeño, un lavabo y un sanitario. Las puertas son metálicas y cuentan con cerraduras electrónicas controladas desde un módulo central. Además, las rejillas y barrotes refuerzan la seguridad individual de cada interno.
El Altiplano fue construido entre 1988 y 1990, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, y en 1991 recibió a sus primeros reclusos. Desde entonces ha sido el principal centro de reclusión para los capos más poderosos del narcotráfico y para funcionarios acusados de delitos graves.
A pesar de su reputación como la cárcel más segura del país, en 2015 Joaquín “El Chapo” Guzmán logró fugarse mediante un túnel de kilómetro y medio de longitud construido desde su celda, hecho que marcó uno de los episodios más polémicos en la historia del penal. Actualmente, Guzmán cumple condena en Estados Unidos, pero El Altiplano sigue siendo símbolo del máximo nivel de control penitenciario en México y espacio clave para internos de alto riesgo como Hernán Bermúdez Requena y miembros del CJNG.