El estado de Texas anunció que dejará de emitir licencias de conducir comerciales a ciertos grupos de migrantes, incluyendo beneficiarios del programa DACA, personas asiladas y refugiadas. La medida, detalló el Departamento de Seguridad Pública (DPS), responde a un requisito del gobierno federal para limitar la cantidad de personas que pueden obtener este tipo de licencias, indispensables para manejar vehículos con fines comerciales como el transporte de mercancía o de personas.
El DPS vinculó la decisión con su «compromiso por mantener la seguridad» en las carreteras del estado. La restricción se suma a los recientes cambios impulsados por el gobernador Greg Abbott, quien ordenó a los agentes del DPS aplicar los nuevos requisitos federales que exigen demostrar dominio del idioma inglés para obtener o mantener una licencia comercial.
La medida se basa en una orden presidencial firmada por Donald Trump a finales de abril, que obliga a los camioneros que operan en Estados Unidos a mostrar competencia en inglés. Según la Casa Blanca, esta disposición busca reducir los «problemas de comunicación» entre conductores y autoridades, que podrían representar un «riesgo para la seguridad pública«.
Como parte de la implementación, los agentes de DPS deberán realizar «revisiones de dominio del inglés» a todos los conductores con licencia comercial en Texas. Estas evaluaciones se integran al proceso de regulación estatal para supervisar que los operadores de vehículos comerciales cumplan con los estándares exigidos por el gobierno federal.
La medida ha generado debate dentro de la industria del transporte. La Asociación Nacional de Camioneros rechazó las afirmaciones del gobierno sobre un supuesto desplazamiento de trabajadores estadounidenses y riesgos de seguridad vial provocados por camioneros extranjeros. En su comunicado de marzo, la organización aseguró que la información sobre estos incidentes está incompleta o manipulada para «promover una agenda política» y llamó a revisar cómo se recopilan los datos del sistema de gestión de transportistas.
El cambio en la emisión de licencias y la introducción de pruebas de inglés representan un ajuste importante en la política de transporte comercial en Texas, afectando a conductores migrantes y fortaleciendo los controles estatales sobre la seguridad vial. La medida coincide con la estrategia del estado de aplicar estrictamente las regulaciones federales y controlar de manera más directa la operación de vehículos comerciales dentro de sus carreteras.
Con estos cambios, Texas se convierte en uno de los estados que más limita la participación de ciertos grupos de migrantes en el transporte comercial, mientras mantiene un enfoque en la supervisión y cumplimiento de los requisitos de idioma establecidos por el gobierno federal.