El mundo literario se despide de una de sus figuras más emblemáticas. Mario Vargas Llosa, ícono de la narrativa hispanoamericana y último representante del célebre “boom latinoamericano”, falleció este domingo en Lima a los 89 años. Su legado literario y cultural permanece intacto, mientras sus lectores lo recuerdan con respeto y admiración.
La noticia fue confirmada por sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana, a través de un comunicado en redes sociales, donde expresaron que Vargas Llosa partió en paz, rodeado por su familia. En cumplimiento de sus deseos, no se realizará ninguna ceremonia pública, y sus restos serán incinerados en la intimidad del entorno familiar.
Desde muy joven, Vargas Llosa mostró una pasión por las letras. Nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú, vivió parte de su infancia en Bolivia. A los 16 años ya colaboraba con medios locales, y con apenas 17 escribió su primera obra de teatro: La huida del Inca. Su camino hacia la consagración literaria comenzaba a forjarse.
Cursó estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde combinó Letras y Derecho. Más tarde, su vocación lo llevó a Europa. En 1958 recibió una beca para estudiar en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtuvo el doctorado en Filosofía y Letras. París, Londres y Barcelona también fueron testigos de su vida creativa y profesional.
Durante sus años en Europa trabajó como periodista, traductor y editor. Compartió escena con grandes escritores de la época, como Julio Cortázar. Su voz crítica y su pluma precisa le abrieron espacio en publicaciones influyentes y medios internacionales. Formó parte del consejo de redacción de Casa de las Américas y fue presidente del PEN Club Internacional entre 1976 y 1979.
Entre sus novelas más reconocidas figuran La ciudad y los perros, Conversación en la Catedral, La fiesta del Chivo, Los jefes y Los cachorros. En 2010 recibió el Premio Nobel de Literatura, coronando una trayectoria literaria de impacto global. En su carrera también obtuvo el Premio Miguel de Cervantes y doctorados honoris causa por prestigiosas universidades.
En el ámbito político y cultural fue una figura de referencia. En Perú condujo el programa La Torre de Babel, presidió la Comisión Investigadora del caso Uchuraccay y se postuló a la presidencia en 1990. Al año siguiente regresó a Londres, donde retomó la escritura con renovada intensidad. En 1993 obtuvo la nacionalidad española, sin renunciar a la peruana.
En sus columnas periodísticas, sus ensayos y su incansable actividad intelectual, Vargas Llosa combinó literatura, pensamiento crítico y compromiso. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas, alcanzando a generaciones de lectores en todo el mundo.
Hoy, el mundo se despide de un gigante de la palabra escrita. Su legado queda impreso en cada página, en cada historia, en cada lector que descubra o redescubra su voz. Porque aunque Mario Vargas Llosa ha partido, sus libros continúan hablando.