El cese al fuego entre Israel y Hamás, mediado por Qatar, marcará un nuevo capítulo en el conflicto de Gaza. A partir de las 8:30 de la mañana del domingo, comenzará una tregua que busca detener una guerra de 15 meses, una de las más destructivas y sangrientas en la historia reciente de la región. Este acuerdo, respaldado por múltiples negociaciones, permitirá liberar a decenas de rehenes y miles de prisioneros palestinos.
El pacto establece que Israel liberará a 1,900 reclusos palestinos, en su mayoría mujeres y menores de 19 años, en un intercambio que empezará a las 4:00 de la tarde del domingo. A cambio, Hamás liberará a 33 rehenes en una primera fase que se extenderá por seis semanas. Entre ellos se encuentran mujeres y jóvenes cuya liberación ha sido prioridad en las conversaciones. Sin embargo, aún quedan interrogantes sobre el estado de algunos cautivos y los detalles de futuras negociaciones.
Un aspecto clave del acuerdo es el exilio de presos palestinos condenados por ataques mortales. Según el documento, estos reos serán enviados a Gaza o al extranjero, con prohibición de regresar a Israel o Cisjordania. Para algunos, este exilio será temporal; para otros, será definitivo.
Además, el plan contempla que las tropas israelíes se retiren a una zona de seguridad dentro de Gaza, facilitando el retorno de miles de desplazados a sus hogares o lo que queda de ellos. Después de meses viviendo en campamentos improvisados, esta medida representa una posibilidad de recuperar algo de normalidad, aunque el daño en la infraestructura deja un largo camino por recorrer.
El acuerdo también allana el camino para un mayor flujo de ayuda humanitaria. Desde el cruce de Rafah, en la frontera con Egipto, camiones cargados con suministros esenciales esperan entrar a Gaza. Estas entregas serán cruciales para una población severamente afectada por la guerra.
A pesar del inicio de la tregua, las tensiones siguen latentes. Los ataques de los hutíes respaldados por Irán desde Yemen, así como las recientes incursiones en Gaza, subrayan la fragilidad del cese al fuego. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de los acontecimientos, con la esperanza de que esta tregua pueda evolucionar hacia un alto al fuego duradero.
La guerra, iniciada por Hamás en octubre de 2023, dejó una devastadora cifra de más de 46,000 palestinos muertos, según cifras locales. Israel, por su parte, enfrentó un ataque inicial que dejó 1,200 muertos y alrededor de 250 rehenes. El conflicto no solo ha destruido vidas, sino que ha dejado profundas cicatrices en una región que busca desesperadamente la paz.