Después de cuatro décadas tras las rejas, Ernesto Fonseca Carrillo, mejor conocido como “Don Neto”, dejó oficialmente el encierro que marcó uno de los capítulos más oscuros y polémicos en la historia del narcotráfico en México. Fundador del Cártel de Guadalajara, su liberación ha sido confirmada por fuentes federales a medios de comunicación, en un hecho que resuena en el panorama nacional e internacional.
A sus 93 años, Fonseca Carrillo cumplió la sentencia impuesta por su participación en el secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, ocurridos en 1985. Crímenes que estremecieron las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, y que marcaron el inicio de una guerra frontal contra el narcotráfico por parte de las autoridades norteamericanas.
Desde 2017, “Don Neto” ya no se encontraba en una prisión formal. Un amparo judicial le permitió continuar su condena en libertad condicional, bajo resguardo en un domicilio ubicado en Hacienda Valle Escondido, en Atizapán, Estado de México. No obstante, su libertad definitiva fue otorgada hasta ahora, tras cumplir la totalidad de la pena.
Su nombre figura junto a los de Miguel Ángel Félix Gallardo, alias “El Jefe de Jefes”, y Rafael Caro Quintero, todos considerados los pilares fundadores del Cártel de Guadalajara a finales de los años 70. Juntos, dieron forma a una estructura criminal que durante años operó con impunidad, y que llegó a controlar buena parte del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
La Administración de Control de Drogas (DEA) mantuvo durante décadas a Fonseca Carrillo en la mira. Además de ser acusado por el asesinato de Camarena, también fue señalado por delitos como extorsión, conspiración, complicidad y encubrimiento. La agencia estadounidense ha sostenido que Camarena “estuvo a punto de desmantelar un narcotráfico multimillonario”, antes de ser secuestrado el 7 de febrero de 1985, cuando se dirigía a un almuerzo con su esposa.
“Ese fatídico día, mientras se dirigía a un almuerzo con su esposa ‘Kiki’ fue rodeado por cinco hombres armados que lo metieron en un coche y huyeron a toda velocidad. Esa fue la última vez que alguien lo vería con vida”, señala la DEA en su sitio web.
Con la salida de Fonseca Carrillo, se cierra un ciclo que durante años mantuvo el interés de autoridades, medios y sociedad. Su historia, vinculada con los orígenes del narcotráfico moderno en México, deja huellas imborrables en los expedientes judiciales, en la memoria de una época convulsa y en las páginas de los libros sobre crimen organizado.