En medio de una bulliciosa jornada, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, acompañada por el candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por la coalición PRI-PAN-PRD, Santiago Taboada, se aventuraron por las calles de Iztapalapa, específicamente cerca del mercado Escuadrón 201.
La visita, sin embargo, estuvo marcada por empujones y jaloneos, ya que tanto militantes como simpatizantes de los candidatos buscaban acercarse para saludarlos y capturar el momento con fotografías.
La escena se desarrolló bajo la atenta mirada de un robusto dispositivo de seguridad compuesto por más de 30 elementos, algunos de ellos vestidos de civiles y otros identificados con chalecos y gorras negras, portando audífonos y walkie-talkies para coordinar el recorrido de los candidatos.
El punto de encuentro fue un parque frente al mercado, donde Xóchitl Gálvez Ruiz arribó primero y fue abordada por un ciudadano que alegó haber sido agredido por la seguridad mientras intentaba acercarse para conocer las propuestas de la candidata en seguridad, salud y economía. Este incidente resalta la intensidad del encuentro con la ciudadanía.
Durante la caminata por la calle José Espinosa, los candidatos se acercaron a comerciantes, vendedores y residentes, recibiendo un cálido recibimiento de algunos y críticas de otros, con consignas como «Ya se va, ya se va, Morena ya se va» y «Iztapalapa quiere agua». Entre los gritos, predominaban las voces femeninas, deseosas de tomarse fotografías con Taboada.
Dentro del mercado, el ambiente no fue menos efervescente. Los candidatos interactuaron con diversos locatarios, desde vendedores de carne hasta frutas y verduras. En un peculiar momento, una comerciante entregó una gelatina a Xóchitl Gálvez con un comentario provocador dirigido hacia Morena.
La división de opiniones se hizo más evidente cuando se mencionó al candidato panista a diputado federal, Efrén, generando respuestas negativas entre los presentes.
Al salir del mercado, Taboada reveló que los locatarios destacaron la extorsión como su principal problema. Este encuentro cercano con la realidad de Iztapalapa proporcionó a los candidatos una perspectiva directa de las preocupaciones de la comunidad.
En un último vistazo, mientras simpatizantes se dirigían a la estación del Metro cercana, resonaron las palabras: «Tienen miedo, todo se va a ver en las urnas». Estas declaraciones subrayan la confianza de los seguidores en la capacidad de la democracia para reflejar la verdadera voluntad popular, incluso en medio de la agitación y los desafíos encontrados en las calles de Iztapalapa.