La ciencia en México perdió este viernes a una de sus voces más queridas y reconocidas: Julieta Fierro Gossman, física, astrónoma y divulgadora, falleció a los 77 años. Con su entusiasmo contagioso logró acercar el universo a miles de personas, convencida de que la ciencia es extraordinaria, útil y una fuente inacabable de felicidad.
Nacida en la Ciudad de México el 24 de febrero de 1948, Fierro no creció en un entorno que impulsara su vocación científica. Ella misma relató que su padre afirmaba que “el cerebro de las mujeres era más chiquito que el de los hombres y que teníamos que estar cuidando a nuestros hermanitos en la casa”. Ese comentario, compartió años después, la motivó a convertirse en estudiosa de la ciencia y en feminista. Desde los 13 años emprendió una lucha “para que las mujeres puedan hacer cosas, estudiar y trabajar fuera de casa o elegir cosas distintas”.
En 1974 se tituló como física en la Facultad de Ciencias de la UNAM y más tarde obtuvo la maestría en Astrofísica en la misma institución. Allí desarrolló gran parte de su carrera como investigadora del Instituto de Astronomía y como profesora. También ocupó cargos clave como jefa de difusión y directora de Divulgación de la Ciencia entre 2000 y 2004.
Su pasión por comunicar la ciencia la llevó a foros muy diversos: desde charlas con grupos de niños, hasta entrevistas en noticiarios televisivos. Su estilo accesible y entusiasta la convirtió en una figura popular más allá de los círculos académicos. En una campaña por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia resumió su filosofía: “Soy Julieta Fierro, me dedico a la divulgación para que otras personas se den cuenta de lo extraordinaria y útil que es la ciencia. Si me siento triste, pienso en el universo, me maravillo y me pongo contenta”.
Fierro fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, donde ocupó la silla XXV, y recibió tres doctorados honoris causa, entre ellos el otorgado por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Alcanzó el nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores y formó parte de la mesa directiva de la Sociedad Astronómica del Pacífico.
También presidió la Comisión de Educación de la Unión Astronómica Internacional, la Academia Mexicana de Profesores de Ciencias Naturales y la Asociación Mexicana de Museos de Ciencia y Tecnología.
En 2023, durante una conferencia por el 85 aniversario de la Facultad de Ciencias de la UNAM, destacó la importancia de la libertad en la investigación y la enseñanza. “La ciencia es asumir retos no triviales, no imposibles, pero difíciles, y eso te mantiene contento, mientras tratas de superar el reto y si triunfas. Si no lo logras, si te equivocas, también te acostumbras a equivocarte y seguir adelante. Dedicarse a la ciencia es tener una fuente de felicidad inacabable”.
Su legado como divulgadora, profesora e investigadora deja una huella profunda en la ciencia mexicana y en generaciones que aprendieron a maravillarse con el universo gracias a su voz clara y entusiasta.