A pocos días de la jornada electoral en Estados Unidos, el proceso ya ha alcanzado un hito histórico: más de 75 millones de ciudadanos han ejercido su derecho al voto de forma anticipada, ya sea en persona o por correo. Esta cifra, que representa el 48% de todos los votos emitidos en las elecciones de 2020, revela cómo la pandemia cambió para siempre la manera en que los estadounidenses participan en la democracia. La votación anticipada, impulsada en su momento como una medida de salud pública, hoy se ha convertido en una tendencia que redefine la cultura electoral.
La participación anticipada ha superado ya los niveles de 2020, y en estados clave como Georgia, los votantes se han movilizado con una intensidad nunca antes vista. Con más de 4 millones de votos emitidos, este estado sureño ha alcanzado casi el 80% de la participación total de las últimas elecciones presidenciales, destacando el entusiasmo de sus residentes en un contexto de alta polarización política. Otros estados estratégicos, como Arizona y Carolina del Norte, también han visto una participación masiva: alrededor del 50% de los electores ya han votado, reafirmando que el “Día de las Elecciones” es, en realidad, solo el cierre de un proceso que comenzó semanas atrás.
Barry Burden, director del Centro de Investigación Electoral de la Universidad de Wisconsin en Madison, enfatizó esta nueva realidad: “El día de las elecciones ya no es el evento central, sino el cierre de una temporada de votación. Esta evolución refleja que los votantes valoran la flexibilidad y prefieren asegurarse de que su voz cuente sin esperar al último momento”.
Esta transición hacia el voto anticipado ha tenido eco en ambos partidos políticos. En una movida sorprendente, el ex presidente y actual candidato republicano, Donald Trump, ha alentado a sus seguidores a votar anticipadamente, marcando una postura distinta de su discurso de 2020, cuando cuestionaba, sin pruebas, la legitimidad del voto por correo y la votación anticipada. Hoy, esa retórica ha cambiado, y los republicanos parecen haber abrazado la estrategia de asegurar sus votos antes del 5 de noviembre.
La participación anticipada también ofrece un análisis preliminar sobre quiénes están votando, aunque no revela el contenido de sus votos. Un estudio de NBC News sugiere ciertas tendencias demográficas: en Pennsylvania, ha habido un incremento notable en el registro de nuevas votantes demócratas, especialmente mujeres; mientras que en Arizona, el aumento de votantes masculinos registrados como republicanos indica un posible respaldo significativo al partido rojo. Aunque estos datos solo reflejan patrones de registro, ofrecen pistas sobre cómo podrían inclinarse los resultados en estos estados estratégicos.
Este aumento en la participación anticipada parece responder a la demanda de comodidad y accesibilidad por parte de los ciudadanos, quienes ven en el voto anticipado una forma de evitar largas filas y posibles contratiempos. Asimismo, permite a los votantes asegurarse de que su voto sea contabilizado, incluso si surge algún imprevisto el día de las elecciones.
La elección de 2024 podría consolidar el voto anticipado como el nuevo estándar, lo que tendría implicaciones profundas para las campañas, la logística electoral y la propia percepción del proceso democrático en el país.