Por primera vez en casi dos décadas, México despliega una misión humanitaria para apoyar a su vecino del norte. Este sábado, dos aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana despegarán desde la base aérea de Santa Lucía con destino a Los Ángeles, California, llevando a bordo un equipo especializado de 74 elementos. Su misión: combatir los incendios forestales que afectan gravemente al sur de este estado.
El equipo está conformado por expertos en técnicas de combate al fuego, personal del Plan DN-III del Ejército y técnicos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Además, cuentan con equipo de protección personal, sistemas de respiración autónoma y herramientas especializadas para enfrentar las llamas en una de las regiones más afectadas por el cambio climático en Estados Unidos.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, destacó que esta misión representa un acto de solidaridad y cooperación internacional. “Hay muchos mexicanos en esta zona de Estados Unidos. Vamos a apoyar no solo por solidaridad, sino porque proteger vidas y la naturaleza es nuestra responsabilidad compartida”, afirmó.
El despliegue de esta delegación se organizó bajo la Coordinación Nacional de Protección Civil, junto con otras dependencias federales como la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Las autoridades mexicanas también confirmaron que han coordinado con el gobierno de Joe Biden y el gobernador de California, Gavin Newsom, para garantizar el ingreso y participación del equipo en territorio estadounidense.
Esta operación marca un momento histórico, ya que México no enviaba una misión de esta magnitud a Estados Unidos desde el huracán Katrina en 2005. En aquella ocasión, el país envió 196 miembros del Ejército con más de 250 toneladas de alimentos y equipo de atención médica. Ahora, el objetivo es combatir un enemigo diferente, pero igualmente devastador: el fuego que arrasa los bosques californianos.
Además del impacto ecológico, estos incendios representan un peligro inminente para miles de familias, muchas de ellas de origen mexicano. Por eso, esta colaboración no solo refuerza los lazos entre ambas naciones, sino que también muestra un compromiso con quienes, desde el otro lado de la frontera, forman parte de la misma comunidad.
La misión solidaria de este sábado no es solo un despliegue técnico, sino un recordatorio de que, ante las emergencias, la cooperación internacional es esencial. México y Estados Unidos, con su historia compartida y sus comunidades entrelazadas, demuestran que incluso frente al fuego, los lazos pueden ser más fuertes que nunca.