Morena exige en San Lázaro esclarecer asesinato del líder limonero Bernardo Bravo

Morena exige en San Lázaro esclarecer asesinato del líder limonero Bernardo Bravo

En la sesión conmemorativa por el aniversario de la Constitución de Apatzingán, la Cámara de Diputados se convirtió en escenario de exigencias y contrastes políticos tras el asesinato del dirigente limonero Bernardo Bravo Manríquez, ocurrido en Michoacán.

El diputado José Luis Cruz Lucatero, de Morena y originario de Apatzingán, subió a tribuna para expresar su solidaridad con la familia del líder agrícola y para sumarse “a las múltiples voces que vienen solicitando el avance en las investigaciones a las autoridades de procuración de justicia a fin de esclarecer este lamentable hecho”.

El legislador recordó que Bravo Manríquez era “un joven luchador social y dirigente de los productores de limón, quien siempre estuvo al frente de los agricultores, a fin de apoyarles en la solución de los problemas que tienen que ver con el acceso a créditos blandos”. Subrayó además que el cultivo de limón representa la principal actividad económica de la región, con producción destinada a mercados nacionales e internacionales.

Cruz Lucatero enfatizó que el crimen ocurrió en una entidad gobernada por Morena, bajo la administración del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, y con la presidencia municipal de Apatzingán a cargo de Fanny Arreola, también morenista y ex perredista. Desde la tribuna, el diputado pidió que las investigaciones avancen con transparencia y rigor.

Mientras tanto, las bancadas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT) evitaron referirse al asesinato y centraron sus intervenciones en la efeméride de la promulgación de la Constitución de Apatzingán, ocurrida el 22 de octubre de 1814.

El petista José Luis Téllez Marín, también originario de Michoacán, recordó que “la memoria de Apatzingán nos recuerde siempre que el poder no se hereda, se conquista con lucha y que la patria no se defiende solo con discursos, sino con hechos, con coherencia y con compromiso con los más necesitados”.

Por su parte, la diputada Hilda Magdalena Licerio Valdés, del PVEM y nacida en Chihuahua, destacó que “el legado de Apatzingán también nos llama a construir un país justo y solidario, en donde el desarrollo económico y el respeto por la naturaleza caminen juntos y donde la dignidad humana sea el eje de toda política pública”.

El priista Mario Calzada Mercado, de Querétaro, intervino para subrayar que su bancada “mantiene la convicción de que la representación popular que ostentamos sólo tiene sentido si se ejerce con honestidad, con justicia, con profundo respeto y coherencia con el pueblo soberano”.

El debate tomó un tono más crítico cuando el panista José Manuel Hinojosa Pérez, también michoacano, cuestionó desde tribuna: “¿Cómo vamos a recordar a Morelos que prohibía la tortura, cuando el cuerpo de nuestro paisano sufrió cosas impronunciables?”. Añadió que en Michoacán “estamos bajo la bota de una dictadura federal y criminal” y denunció la violencia que enfrentan los productores de limón de municipios como Buenavista, Carácuaro, Aguililla, Tepalcatepec y Múgica, víctimas —dijo— de extorsión y ejecuciones.

La diputada Laura Hernández García, de Movimiento Ciudadano, se sumó a las intervenciones para lamentar “los motivos que hoy nos duelen”, haciendo referencia a las personas desaparecidas, la impunidad en los feminicidios y la violencia que golpea al estado. “Hoy volteamos a ver un Apatzingán, sí, pero por motivos que nos duelen (…) el lugar donde alguna vez fue cuna de libertades, hoy clama por seguridad, paz y justicia”, expresó.

El asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, líder social de los productores limoneros de Apatzingán, provocó una sesión marcada por el contraste entre exigencias de justicia, discursos conmemorativos y llamados a la reconstrucción de la paz en Michoacán.

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