Centenares de personas provenientes de comunidades de municipios serranos en Chihuahua, llevaron a cabo la “Caravana por la Paz”, como parte de la conmemoración del primer aniversario luctuoso de los sacerdotes Jesuitas, Joaquín Mora Salazar y Javier Campos Morales, así como del guía de turistas, Pedro Eliodoro Palma y Paúl Berrelleza, asesinados el 20 de junio del año 2022 en la comunidad de Cerocahui, municipio de Urique.
La movilización partió del kilómetro 39 de la carretera que comunica al lugar conocido como Pitorreal, municipio de Bocoyna, con la comunidad de San Rafael, Urique, en donde fueron encontrados los cuerpos de los sacerdotes como del guía de turistas, punto conocido como “las cruces”.
Durante el recorrido, el cual estuvo siempre apoyado por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal como de la Guardia Nacional, la caravana hizo su primera parada en el pueblo de San Rafael en donde se sumaron más personas para continuar hasta Bahuichivo, propiamente al sitio conocido como “La Virgen”, en donde se llevó un segundo acto de homenaje y partir de nuevo con destino a Cerocahui.
Previo a la salida de la caravana por la paz, los presentes colocaron las fotografías de los dos religiosos, así como coronas fúnebres para honrar la memoria de las tres víctimas de homicidio perpetrado por José Noriel Portillo Gil, alias “el Chueco”.
A la conmemoración del aniversario luctuoso acudieron una importante cantidad de familias provenientes de pueblos originarios, así como vecinos de Bahuichivo y Cerocahui, quienes por años estuvieron en contacto con los sacerdotes asesinados.
De igual manera estuvieron presentes religiosos y religiosas de municipios de la sierra Tarahumara, quienes encabezaron el ritual de purificación de las víctimas, para luego comuneros indígenas dedicar la danza de Matachines en honor a la memoria de quienes consideraron sus principales benefactores.
Representantes de la Congregación Jesuita de la Ciudad de México fueron testigos de la serie de eventos previstos a desarrollarse en los dos días programados en la comunidad de Cerocahui, en donde además de ser el sitio donde concluiye la caravana, se rezó un Rosario previo al acto de velación que permaneció toda la noche.