La tranquilidad de la sierra sinaloense se quebró este jueves tras un derrumbe en una mina de oro y plata ubicada en El Potrero de Tepaca, cerca del poblado de Los Alisos, en el municipio de Badiraguato. Al menos cinco trabajadores quedaron atrapados a más de 60 metros bajo tierra, en un entorno de difícil acceso y con condiciones que desafían cada minuto la operación de rescate.
Elementos de Protección Civil del Estado, encabezados por Roy Navarrete Cuevas, junto a equipos de la Cruz Roja y personal del ejército, se han desplazado a la zona para llevar a cabo las labores de rescate. Navarrete Cuevas señaló que «cada minuto cuenta para poder llegar hasta ellos, y estamos haciendo todo lo posible para lograr un rescate exitoso».
A primera hora, las autoridades locales enviaron a la policía municipal y a elementos de Protección Civil al lugar para evaluar la situación, pero pronto fue evidente que se necesitaba apoyo adicional. Desde entonces, maquinaria pesada ha sido trasladada a la zona para intentar remover los escombros que bloquean la salida de los mineros.
Navarrete Cuevas indicó que los datos iniciales apuntan a que el derrumbe podría haber sido causado por inestabilidad en las paredes de la mina. Sin embargo, aún no hay una confirmación sobre el motivo exacto del accidente. La prioridad ahora es establecer contacto con los trabajadores atrapados y ofrecer los auxilios necesarios. «Sabemos que están en una situación de gran riesgo y haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarlos a salir de ahí», enfatizó el titular de Protección Civil.
La Cruz Roja equipados con herramientas de rescate y unidades de soporte vital, tiene como misión atender cualquier posible herida o complicación que hayan sufrido los trabajadores durante el accidente. Sin embargo, la falta de información detallada sobre la situación dentro de la mina mantiene a las familias y a la comunidad en vilo.
Un testigo del área, que prefirió mantenerse en el anonimato, comentó: “Aquí, en la sierra, los mineros conocen los riesgos, pero siempre queda la esperanza de que hoy no será ese día. Ahora solo esperamos que salgan con vida”.
El tiempo y las condiciones geográficas juegan en contra de los equipos de rescate, pero la operación se mantiene en marcha. Equipos de apoyo y maquinaria siguen abriéndose paso en el terreno accidentado, mientras las familias de los mineros atrapados esperan en la entrada de la mina, aferrándose a la esperanza de que los rescatistas logren llegar a tiempo.
Este accidente es un recordatorio de los peligros a los que se enfrentan diariamente los trabajadores en la minería y de la importancia de fortalecer las medidas de seguridad en estos espacios. El incidente en Badiraguato ha llamado la atención a nivel local y nacional, ya que es uno de los más graves que se ha registrado en Sinaloa en años recientes. Las próximas horas serán decisivas, y el esfuerzo colectivo en la sierra se ha convertido en un rayo de esperanza para quienes, desde las entrañas de la tierra, esperan un rescate que no cesa.